Más allá de la atención focalizada hacia la contienda preelectoral en los Estados Unidos, en México el debate ha venido a menos luego de los ajustes en las dirigencias de dos importantes partidos: El Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática.
En el primer caso, la propuesta del recién ungido dirigente, Enrique Ochoa Reza, sigue dando de qué hablar, pues su llamado a una depuración partidista y la decisión de expulsar a algunos miembros notables, que, por su proceder, son considerados non gratos, es vista con recelo por los analistas políticos y por la opinión pública nacional.
En el otro lado de la moneda, el arribo de Alejandra Barrales a la dirigencia nacional perredista, atada de pies y manos por la banda delincuencial de ’Los Chuchos’, exhibe cómo el partido que hasta hace unos años encabezó las demandas de la izquierda nacional, se volvió patrimonio de unos cuantos y sigue un rumbo errático y desfasado con las exigencias de la realidad mexicana.
Otro elemento que viene a agudizar la crisis de confianza que los mexicanos vivimos en torno a nuestra clase política, es el pobre manejo que los hombres del presidente Peña Nieto hacen de la coyuntura nacional, empantanada en la confrontación del gobierno federal con la CNTE y sus intereses grupales que se ponen en forma irracional a la aplicación de la Reforma Educativa.
La situación se antoja propicia para una introspección urgente y necesaria entre los personajes de la política nacional y la propuesta que como individuos y como entes partidistas ofrecen a los ciudadanos.
En Guerrero, la situación se acentúa con hechos como el asesinato del alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte.
Más allá de la presunta relación del infortunado edil con el crimen organizado, su homicidio es hoy la larga crónica de una muerte anunciada, cuyos focos de alarma pasaron desapercibidos por los distintos órdenes de gobierno, por las dirigencias partidistas y por los cuerpos de seguridad locales y federales.
Es imposible desandar el camino y volver al punto de arranque para corregir el rumbo y por ello, se debe tomar lección de los hechos ocurridos para que la introspección y la autocrítica permitan reconstruir el tejido en un estado cuya población vive agraviada y ni la alternancia en el gobierno le ha permitido un respiro.
Más allá de señalar hechos en curso o enlistar propuestas insuficientes, este columnista quiere hacer su aportación convocando en este espacio a los hombres y mujeres de acción y decisión para que nos compartan su visión de lo que puede y debe hacerse para que Guerrero salga de la postración.
En la búsqueda de esas posturas críticas que permitan construir un panorama menos desfavorable para el estado, acudimos a los operadores de primer nivel, a funcionarios o ex funcionarios; a militantes distinguidos y a dirigentes de los partidos políticos y a profesionales que en los distintos rubros han trazado opciones viables para impulsar a Guerrero a un mejor destino.
En este espacio haremos una compilación de esas propuestas sin importar el color partidista, el cargo o el peso de la personalidad que la presenta. La intención es sumar, aportar y contribuir a reconstruir la base de un proyecto congruente de estado más propicio para el bienestar común.
El primer turno es para José Parcero López del PRI y Armando Ríos Piter del PRD.
Don José Parcero López, operador del priismo en Guerrero y antes en varias entidades, es profundo conocedor de la problemática en el estado que gobierna Héctor Astudillo Flores. Es un dirigente que se ha desempeñado lejano de los reflectores, hombre de trabajo y base que nos comenta:
’…como partido debemos buscar la cohesión y fortalecer las inversiones en zonas delictivas. Tenemos que insistir en la promoción del empleo y las oportunidades.
Miles de jóvenes que habitan en zonas rurales de Guerrero están decepcionados de las políticas públicas en sus regiones. La pobre oferta para su desarrollo, los obliga a mirar hacia el lado equivocado y los arroja en los brazos de la delincuencia, de los grupos del crimen organizado y el narcotráfico.
Esa es una tarea vital del gobierno de Héctor Astudillo. Fortalecer nuestras estructuras y el tejido social. Organizar a los grupos para actividades productivas y generar recursos a programas de emprendedores jóvenes.
Eso va de la mano con la estrategia de seguridad pública y la educativa. Apoyamos al gobierno astudillista y vamos de la mano con él.
Somos críticos, nos atrevemos a poner el dedo en la llaga, pero autocrítica no significa auto denostarnos ni auto flagelarnos.
Esta es una batalla que requiere la participación colectiva, una participación consciente, crítica, abierta que permita cambiar lo que es necesario y perfeccionar lo que ha funcionado, pero sobre todo, esta batalla tienen que ganar la ley y el estado de derecho…’
Armando Ríos Piter es senador de la República, de nacimiento guerrerense, licenciado en Derecho por la UNAM y con estudios en Economía por el ITAM; cuenta con maestrías en Seguridad Nacional por la Universidad de Georgetown y de Administración Pública en la Universidad de Harvard. Fue secretario de Desarrollo Rural en el Gobierno del Estado de Guerrero, entre otros cargos y nos señala:
’…es urgente lanzar un exhorto al gobierno federal, para que se revise la estrategia de seguridad en el estado de Guerrero, los asesinatos campean en toda la entidad, los reportes periodísticos diarios así lo constatan en donde sobresalieron los crímenes de dos alcaldes.
Los guerrerenses tienen derecho a la paz que no conocen desde hace mucho tiempo.
Los representantes de las entidad en el Congreso, tenemos la obligación de señalar y demandar la atención esmerada para el estado, más allá de las critica a las fallas evidentes; son tiempos de reflexión y de actuar y cae en el gobierno, tanto estatal como federal, coordinarse con prácticas más efectiva para lograr el propósito que todos deseamos.
Hay que reforzar a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y desaparecer a las estatales de derechos humanos, así un cumplimiento estricto en el sistema nacional contra la impunidad y la corrupción que fortalezca el federalismo y fomente nuevas figuras penales; además de darle atención integral a las víctimas y construir un acuerdo con la sociedad’.
En la próxima entrega, continuaremos con este ejercicio abierto y constructivo cuya objetivo es sumar, proponer y construir en estos momentos en que es necesario erradicar inercias e impulsar un cambio, por pequeño que sea, en la búsqueda del bienestar colectivo. ¿Tú que piensan distinguido lector?
Movimientos telúricos…Ayer domingo nos desayunamos con la noticia de que el sábado había sido una jornada violenta en el país…en nueve entidades había dejado, al menos, 39 muertos, entre ellas siete miembros de una familia en Guerrero…no debemos de permitir que el estado se descomponga aún más, los líderes políticos, sociales y del mismo clero deben de aportar propuestas viables para encontrar la paz y el orden en Guerrero, así que esta tribuna está abierta para que nos hagan llegar su propuestas…marcop1955@hotmail.com