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Julio 11, 2016
12:04 hrs.
Periodismo ›
Ramón Zurita Sahagún › guerrerohabla.com
Pareciera ser que en esta ocasión los priístas si tomarán en serio rebelarse ante las disposiciones del gran jefe del partido e impugnar la candidatura de Enrique Ochoa Reza a la presidencia del partido tricolor.
Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca y considerado uno de los principales operadores electorales del partido, alzó la voz y exigió una contienda interna por la dirigencia nacional, en la que él mismo sería aspirante contra el ex director de la Comisión Federal de Electricidad.
Ruiz Ortiz dice contar con 300 mil firmas que avalan su posicionamiento y en caso de que su partido no lo permita o se muestre intransigente, acudirá a los organismos electorales.
Y es que la nominación de Enrique Ochoa cayó como balde de agua fría sobre los ánimos decaídos de un priísmo que parece vivir del pasado y cuyo futuro se ve sumamente nebuloso.
Los priístas vienen de perder siete de doce gubernaturas en juego el pasado cinco de junio y su entonces dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones culpó a personajes del gobierno federal de esas derrotas, por lo que los ojos voltearon hacia los mismos personajes que hoy promueven al ex director de CFE a la presidencia del partido.
Y es que Ochoa Reza es un joven de 43 años, como lo son Rodrigo Medina, Javier Duarte y otros ex gobernadores que son señalados como parte de la tragedia de los priístas por sus pésimos gobiernos.
Como si eso fuese poco, los priístas fueron víctimas de los electores, los que se cobraron una serie de desastres económicos impulsados desde la administración pública federal, entre los que destaca en los días recientes el incremento en las tarifas eléctricas, el sector del que proviene el rechazado Enrique Ochoa Reza.
Pero no es el nombre o la figura de Ochoa Reza lo que indignó a los tricolores de viejo cuño, sino las formas que se usan para manejar al partido al antojo de los poderosos funcionarios públicos.
Hace un año, desde las cúpulas del poder se impulsó la nominación de Aurelio Nuño para presidir al PRI, es más el presidente Enrique Peña Nieto bosquejó un esquema similar al de Nuño y todos apostaron a que así sería, pero no sucedió de esa forma.
El hoy secretario de Educación Pública fue manejado como un globo de sonda y el rechazo fue generalizado, por lo que se optó por enviarlo a la SEP y designar a Manlio Fabio Beltrones como dirigente priísta.
En esta ocasión la táctica fue distinta, se develó el nombre de Enrique Ochoa Reza y al mismo tiempo este hizo valedera su aspiración, para evitar reclamos de los priístas de viejo cuño.
Con lo que no contaron los promotores del entonces director de la CFE es que existe el registro de Ochoa Reza de que declaró ser apartidista, sin militancia alguna hace seis años cuando aspiró a ser Consejero del IFE.
Los videos y las versiones estenográficas de aquella participación de Ochoa Reza ante diputados comienzan a circular, así como la pregunta de dónde mintió, si ante los diputados o en la presentación de una credencial que lo acredita como militante del partido desde 1991.
Son muchos los priístas de viejo cuño que desean impugnar a su futuro líder ante los órganos electorales y mostrar que no cumple con los requisitos de elegibilidad.
Y es que los priístas no se reponen de la derrota del 5 de junio pasado y ven con angustia que para 2018 se les podría escapar la Presidencia de la República, por el torpe manejo del partido y no contar con prospectos sólidos.
Uno de los grandes problemas que vive el partido es que su base de votantes no se incrementa y los triunfos alcanzados o la votación copiosa en algunas entidades del país se la otorgan los miembros del voto duro, que son los mismos que ahora impugnan al aspirante al liderazgo, la votación por parte de jóvenes o nuevos simpatizantes es menor.
Por eso,,, se levantan las voces de protesta, aunque el anterior dirigente nacional, el que se encontraba a la cabeza del partido fue uno de los grandes dinosaurios del partido, Manlio Fabio Beltrones, al que muchos lo veían como sólido prospecto presidencial después de los comicios de junio y hoy prefirió renunciar a la dirigencia ante la impotencia de no haber alcanzado los logros ofrecidos de 9 triunfos y tres derrotas.
Y aunque se tiene presupuestada la candidatura única de Enrique Ochoa Reza y hasta su toma de posesión para el martes próximo, la rebelión en los mandos medios y las bases del partido es real, siendo Ulises Ruiz Ortiz y el ex dirigente juvenil del partido Hugo Díaz Thomé los que pretenden competir contra el ’delfín’ presidencial.
Habrá que seguir de cerca los acontecimientos y si el INE da cabida a las protestas e impugnaciones por parte de quienes dice que aportarán las pruebas suficientes para echar abajo esa designación de un personaje sexenal, que, aparentemente, no cumple con los requisitos de elegibilidad.
Pocas han sido las ocasiones en que los priístas logran rebelarse ante las disposiciones del gran elector de su partido y mucho menos en las que han conseguido su propósito de tirar una decisión cupular.
Veremos si Ulises Ruiz Ortiz logra su cometido y puede participar como contendiente de Ochoa Reza, al que retó públicamente a una contienda abierta.
TRAGEDIA
Un abrazo solidario para mis amigos Héctor Gandini Estrada y Laura Zamudio por la pérdida de su hijo Héctor, fallecido en un trágico accidente, donde un tráiler impactó a varios vehículos en la autopista de Cuernavaca, mientras esperamos su hija María pronto se recupere.
Es urgente que las autoridades hagan algo para frenar a esos cafres del volante.
ramonzurita44@hotmail.com
zurita_sahagun@hotmail.com
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