* Rebelión en el PRD contra ’Los Chuchos’
* Buscará el PRI relevo generacional
* El PAN, en la pepena, chamaqueó al PRD

Tienen razón los ex presidentes y dirigentes históricos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en estar indignados contra ’Los Chuchos’ Jesús Ortega y Jesús Zambrano.

Los dirigentes fundadores de aquel PRD que durante el salinato fue llamado ’el partido de la violencia y la sangre’ han sido condenados al ostracismo por quienes hoy detentan el liderazgo nacional perredista y están en insólita luna de miel con el panismo pragmático, pepenador del descontento antipriísta y principal beneficiario de las alianzas electorales recientes.

Quienes aportaron sus mejores años de lucha, los que sufrieron en carne viva la represión, fueron víctimas de atentados a su vida, vivieron exilios, secuestros, torturas, y hostigamiento a sus familias tienen absoluta razón al estar molestos porque los han reducido al lastimoso papel de cadáveres políticos en su propia tierra.

El PRD vivió hace un año la peor derrota después de haberse convertido en la principal fuerza política de Guerrero. Sin consolidar en Guerrero una real alternancia democrática, no se diferenció mayor cosa de las detestables formas de gobernar del PRI. Fracasó el PRD y esa debacle se tradujo en lo que muchos llaman la ’decena trágica’ perredistas.

Sí, el PRD, sus gobernantes, cometieron más desaciertos en la conducción gubernativa que otros gobiernos del PRI. Y esa lección no se puede olvidar ni pasar por alto.

Hoy el PRI parece que buscará el relevo generacional –lo que estaba en ciernes en el PRD, con Ángel Aguirre Rivero— y que se frustró por el Caso Iguala y sus aún no concluidas repercusiones. Los priístas alistan cuadros, se preparan en cargos públicos, asumen responsabilidades en la función pública del día con día, para formar sus cuadros y evitar la improvisación en la toma de decisiones.

Ese relevo generacional, del que se olvidó el PRD, porque centralizó la acción en la figura del jefe del Ejecutivo como eje fundamental del ejercicio gubernativo, será, sin duda, una jugada de gran visión política, si fructifica.

Zeferino Torreblanca se deslindó de los perredistas, a quienes llamó ’cuches cuiteros’ que se vendían hasta por ’un plato de lentejas’. Expresó su menosprecio a los perredistas de viejo cuño, con quienes se divorció políicamente, en actos públicos nada cordiales, y sí de violencia verbal.

Ángel Aguirre perdió la visión política. Centralizó el poder en su persona y en tres personajes de gran cercanía y confianza, quienes le mintieron, le engañaron y provocaron que su gobierno se fuera al precipicio, a pesar de las varias acciones que el político de Ometepec emprendió y que pudieron haber hecho pasar a la historia de otra manera.

Entró al quite el desgobierno confeccionado por ’Los Chuchos’, Osorio Chong, Rosario Robles Berlanga, y que sentó en Palacio de Gobierno al mitómano y tarado político Rogelio Ortega Martínez, quien sepultó la credibilidad del PRD e hizo de la corrupción su credo, cosa que muchos saben, comentan y aunque no lo dicen públicamente.

El PRD guerrerense y sus vetustos ex líderes ven al nuevo mesías en la figura del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. Lo ven con la esperanza de que los resucite políticamente y los ayude a recuperar los sitiales en los que eran figuras, de donde fueron arrojados por ’Los Chuchos’ y los gobiernos zeferinista y aguirrista.

Para algunos, el panorama político en Guerrero vive en penumbras. Nadie prende ni un cerillo… por temor a quemarse, aunque sea los dedos.

Nos leemos mañana… SIN MEDIAS TINTAS