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El fiscal Olea exhibido como mentiroso

Médula

Jesús Lépez Ochoa

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Agosto 03, 2016 21:36 hrs.
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Si Xavier Olea Peláez mintió ante el Poder Legislativo al asegurar que la Procuraduría General de Justicia de Michoacán detuvo a dos presuntos implicados en el asesinato del alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, no hay vuelta de hoja, debe renunciar.

El asunto es delicado y no puede ser visto como una de las constantes pifias que ha obsequiado a la prensa y a los malquerientes del gobernador Héctor Astudillo.

La dependencia michoacana negó tener a persona alguna vinculada con el hecho y que no posee seis helicópteros como lo dijo el fiscal de Guerrero ante los diputados, pero si poderlos conseguir prestados cuando los necesita.

En el menor de los casos significaría que Xavier Olea acudió mal informado a una comparecencia ante el Poder Legislativo, lo cual es imperdonable en un servidor público que debe ser de alto nivel, y que por el contrario, demuestra su falta de profesionalismo.

Si mintió deliberadamente es sumamente peor, ya que la procuración de justicia no debe estar en manos de alguien que se atreve a mentir no sólo a los ciudadanos, sino a los diputados que ratificaron su nombramiento, y de paso hacer quedar mal a quien lo propuso como abogado del Estado, en una coyuntura crítica para su gobierno.

El desmentido de la procuraduría del vecino estado publicado por la agencia Quadratín de Michoacán, se da en el contexto de una confrontación abierta entre el PRD y el PRI, ya no por el homicidio del presidente municipal, sino por repartir y quitarse culpas y responsabilidades, que ha ocupado gran espacio en los medios de comunicación desde hace un par de semanas.

El alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre, ha tratado de capitalizar el crimen de Ambrosio Soto políticamente atacando al gobierno federal y al del estado, en la creencia de que su cargo como coordinador de alcaldes le da el peso político para ponerse al tú por tú con secretarios de Estado y con el gobernador.

La mejor muestra de que al inexperto Evodio le falla el sentido común, es que mientras él necesita ser colado por su dirigente nacional Alejandra Barrales a una reunión con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con una agenda partidista –todos sabemos que le encanta dejar tirado a Acapulco por atender asuntos del PRD-, el gobernador Astudillo es recibido y visitado constantemente no solo por el secretario, sino por los demás funcionarios de la Segob con lo que trata la problemática de Guerrero sin necesidad de intermediarios.

En lo político, el desmentido del gobierno perredista de Michoacán a Xavier Olea, le da armas a los detractores del gobierno estatal, como es el propio Evodio, pues evidencia además la incapacidad de gestión del fiscal guerrerense, al no poder conseguir vehículos y helicópteros como allá se hace, y se lo restriegan en la cara.

Pero lo más grave, es que se haya atrevido a mentir o a dar información no confirmada en una comparecencia oficial ante el Congreso, aún cuando resultara que sí hay detenidos y que en vez de la procuraduría michoacana los tenga la PGR, un fiscal no puede, ni debe, andar dando palos de ciego.

El fiscal debe inspirar seguridad, confianza, pero sobre todo, certeza a la población. Si Olea no renuncia, el Congreso debe considerar pedirle que lo haga, por el bien de Guerrero.

jalepezochoa@gmail.com

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