Lilia Cisneros Luján | diarioalmomento.com

Madres niñas


La relación sexual precoz es una forma de evadirse de una realidad que les lastima aún cuando esté reprimida.

Madres niñas

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Abril 21, 2015 09:33 hrs.
Periodismo ›
Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com

Una colorada (vale más que cien descoloridas) Por si no lo han notado, desde este mes del niño, está ya en curso la publicidad para el día de las madres. ¿Será que los mercadólogos han encontrado un nicho de comercio por el disparo de embarazos precoces[1] en países como Estados Unidos e Inglaterra? La relevancia de este hecho, que trae al mundo más menos 13 millones[2] de bebés hijos de mujeres menores de edad, va más allá de que solo el 10% de tales nacimientos estén ocurriendo en países desarrollados. La OCDE, ha llamado la atención sobre el incremento del fenómeno en las naciones que he mencionado, al tiempo que resalta la cifra de más de 200 embarazos por cada mil adolescentes en Nigeria o el Congo en tanto que las dos Coreas y Japón, apenas tienen de 1 a 3 eventos por la misma tasa. Y el dato debe verse de manera integral, pues los embarazos de adolescentes son la principal causa de mortalidad en este grupo poblacional independientemente que la tendencia sea casarse en poblaciones africanas o se trate de uniones libres y elección de maternidad con soltería como se vislumbra en Europa y muchos países de América Latina.
El tema sin embargo no se agota solo en las consecuencias físicas –mortalidad de madre y recién nacido, bajo peso de éste, complicaciones de la madre como preclampsia o anemia- pues en el aspecto emocional hay mucha tela de donde cortar. La mayoría de estos embarazos no han sido deseados. En países como India y ciertos musulmanes al igual que en algunas poblaciones sobre todo rurales de la república mexicana[3], a las niñas se les compromete en matrimonio desde muy pequeñas. Dependiendo del origen étnico y el peso de la niña, esta puede tener su menarquia a los once años y aun antes como resultado de una alimentación llena de hormonas. El perfil de “esposos” en un alto porcentaje es alguien mayor a la púber, cuando menos una década; lo cual agrega a los factores biológicos una serie de consecuencias asociadas con lo social, familiar y personal.
Si bien es cierto que el fenómeno se asocia con diversos estadios de pobreza y aun en los países desarrollados ocurre donde el acceso educativo es muy limitado, en estas naciones se suman situaciones de inestabilidad familiar y social. Los estudios encaminados a disminuir el problema, han encontrado que por lo general ocurre fuera del matrimonio, conlleva un cierto estigma social –agudizado si la adolescente pertenece a algún grupo religiosos rígido- que son más vulnerables la niñas huérfanas –lo mismo si vienen de alguna institución[4] o las que fueron adoptadas desde temprana edad- y las que cursan esta etapa de la vida en hogares donde alguno de los padres está ausente por divorcio, encarcelamiento o muerte.
Un factor predisponerte del embarazo precoz es el maltrato del menor. Niños que sufrieron abandono –por padres que pasan la mayor parte de su tiempo fuera del hogar bien por trabajo bien por vicios, que fueron molestados sexualmente e incluso aquellos que fueron tratados con cualquier tipo de violencia, encuentran en la relación sexual precoz una forma de evadirse de una realidad que les lastima aun cuando esté reprimida.
La mayoría de estos niños, no han tenido una información responsable acerca de las consecuencias de las relaciones sexuales tempranas. Si los familiares que les rodean -tíos, primos, hermanos de diferente madre o padre- están afectados o son más inestables emocionalmente; tales adolescentes serán más susceptibles de embarcarse en un embarazo, con todos los riesgos que ello implica. Si bien la altísima tasa de embarazo adolescente ha disminuido desde la década de 1950[5], el aumento de nacimientos fuera de matrimonio hoy por hoy va a la alza, lo mismo que las interrupciones espontáneas o inducidas de la gestación.
Los esfuerzos educativos en todo el mundo –como el Centro de Orientación para Adolescentes (CORA) iniciado por Anameli Monroy hace 37 años en México- han detenido la explosión de este fenómeno promoviendo básicamente el uso tanto del condón como los medicamentos anti conceptivos; pero a varias décadas de dicho logro, los índices de infertilidad también se están disparando iniciándose toda una corriente de estudio que interpreta el embarazo precoz como una forma natural no pensada de preservación de la especie[6]. Si Usted es responsable de la felicidad y vida óptima de un adolescente es conveniente que esté enterado de que una buena educación sexual incluye, además de la escuela, la sociedad o los medios, a la familia cuya conducta es una forma de educación.
Fundamentalmente los padres, y los abuelos deben saber que según la Kaiser Family Foundation, en los Estados Unidos un 29% de adolescentes se sintió presionado a tener relaciones sexuales, el 24% declaró en el estudio que “había hecho algo sexual que realmente no quería hacer” en tanto que el 33% del grupo estudiado simplemente pensaba que mantenía “una relación normal en donde las cosas se movían demasiado rápido” En la mayoría de los estudios no solo de este país sino en el mundo, aparece la presión de los compañeros así como el consumo de alcohol y otras drogas, como el factor que alienta tales acciones de riesgo y por supuesto problemas de conducta como la vergüenza de hablar del tema con alguien informado y con autoridad.


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[1] Se produce al comienzo de la edad fértil –entre la pubertad y el final de la adolescencia- es decir entre los 10 y los 19 años, según definición de la OMS. En ciertos países, las mujeres en tal condición no han alcanzado la mayoría de edad en términos jurídicos y viven dependiendo de su familia de origen.
[2] Save the Children.
[3] En el 2006 la tasa de embarazo en niñas y adolescentes de entre 12 a 19 años fue de 79 por cada mil mujeres. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSyN). Otros informes como el de "La infancia cuenta en México 2006" de la Red por los Derechos de la Infancia en México, en el año 2000 hubo 179 413 adolescentes entre 15 y 17 años de edad con al menos un hijo, y en 2005 se registraron 164 108.
[4] Las niñas criadas en hospicios, orfanato y centros de acogida son más propensas a quedar embarazadas en la adolescencia que las educadas en núcleos familiares. El Estudio nacional de Antiguos Alumnos Casey, con alumnos de orfanatos de 23 comunidades en EE.UU. demostró que la natalidad de adolescentes es mayor al doble de la media de niños fuera de dichos centros.
[5] En Estados Unidos, en pleno siglo XXI la tasa de natalidad entre menores de 19 años es la más alta del mundo desarrollado, también es muy alta la tasa de abortos en la adolescencia.
[6] Según opinión de Soledad Díaz Fernández, de instituto de medicina reproductiva de Chile, hay más dificultades para acceder a servicios de planificación familiar y métodos anticonceptivos, en América del norte que en algunos países de Europa, donde se promueve una educación sexual comprensiva, promotora de la abstinencia a edad tempranas y difusión de una visión de las menores de edad como personas valiosas y responsables.

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