Noé Mondragón Norato

Al final de cuentas, la candidata del PRD a gobernador, Beatriz Mojica Morga, no está logrando nada interesante para su campaña electoral. Ni adhesiones importantes, ni discurso político innovador que despierten las esperanzas de un perredismo en franco declive y ferozmente dominado por el hambre insana de poder de todas sus tribus. Y hacia afuera, Beatriz minimiza las renuncias y adhesiones de militantes perredistas. Tanto de los que se han ido con el candidato del MC, Luis Walton Aburto, como de aquellos que se regresan a su ex partido el PRI. Y esa situación le pega muy fuerte al proyecto electoral perredista de junio próximo. Hay algunas lecturas al respecto.
PRD: CANDIDATA QUE NO LEVANTA.- En las últimas semanas, la candidata perredista Beatriz Mojica intenta, pero no levanta el vuelo. Su campaña no se aprecia innovadora y ha canjeado el discurso de las promesas optimistas, por una serie de eventos que la debilitan sustancialmente en los hechos. Hay puntos muy concretos al respecto: 1.- En Chilpancingo, presenta al candidato del Grupo Guerrero (GG) a la alcaldía capitalina, Antonio Gaspar Beltrán, como “el ex síndico de Héctor Astudillo que se suma a su campaña”. Es decir, lo vendió como una adhesión priísta, cuando Gaspar ya contendió por la diputación local en la elección de julio de 2012, arropado por las siglas perredistas. Y es el beneficiario político natural de los eventos que dejaron fuera de la competencia por esa misma comuna, al también legislador federal, ex perredista y hoy redimido hijo pródigo del PRI, Jorge Salgado Parra. Es un síntoma claro de la desesperación ante la nula capacidad operativa de las tribus perredistas que intentan vender espejitos por oro. 2.- En Acapulco, la candidata perredista vendió también las “presumibles adhesiones” de los miembros de la tribu Nueva Mayoría (NM), Rodrigo Ramírez Justo y Raúl Ramírez Gallardo, como si fueran nuevas adquisiciones políticas de su equipo de campaña. Ambos personajes ya habían participado en la anterior campaña de Walton por la presidencia municipal de Acapulco, pero como parte del equipo del perredista Evodio Velázquez Aguirre, uno de los tantos jefes políticos de Beatriz –los otros son los chuchos de NI-, y propietario de NM. Es decir, realizaron campaña proselitista porque el PRD iba en coalición electoral justamente, con el PT y el MC. No porque fueran parte del equipo de Walton. Es obvio que Beatriz hizo cómo que los reclutó en el PRD, para camuflarlos como parte del equipo de Luis Walton. Y nuevamente apareció la desesperación y el nerviosismo como parte de esa campaña que sencillamente, no prende. 3.- De la suma reciente del ex diputado federal perredista Jorge Salgado Parra, al equipo del candidato del PRI a gobernador, Héctor Astudillo Flores, la candidata del PRD lo evaluó como “un pacto de impunidad”. Es decir, como algo que se cocinó en la turbiedad. Y que busca en consecuencia, blindar esa irregularidad. El problema es que Beatriz se pegó con una piedra en la boca. Porque formando parte de la administración estatal presidida por el gobernador con licencia, Ángel Aguirre Rivero, asumió estar libre de irregularidades financieras en su desempeño como secretaria de Desarrollo Social. Pero hasta hoy, ninguna auditoria ha mostrado que así sea. Un presumible pacto por la impunidad alcanzaría en todo caso, no solo al ex secretario de Finanzas, Jorge Salgado Leyva –padre del legislador federal Salgado Parra y frustrado aspirante a la alcaldía capitalina-, sino a todos los funcionarios de la anterior administración estatal. Incluida por supuesto, la propia Beatriz. Asumir que existen pactos por la impunidad sin ir al fondo de lo que en realidad se trata de decir, es como tirar la piedra y esconder la mano. Una situación que además, confirma la ausencia de carácter de la candidata perredista a gobernadora. Con ello, el camino hacia el gobierno del estado se achica irreversiblemente. Y no hay forma de frenar esa serie de eventos desafortunados para una fémina que simplemente y pese a realizar enormes esfuerzos por salir de rachas negativas, no levanta.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Uno de los personajes que podrían sustituir al actual gobernador interino Rogelio Ortega Martínez, a partir del próximo 26 de abril, es el senador aguirrista, Sofío Ramírez Hernández. Al interior de las tribus los actores toman posiciones y se reacomodan con la mira puesta en dicho escenario. Otros acusan marcado nerviosismo. Pero el trascendido es muy fuerte en ese sentido…Los que se adueñaron de la política perredista en la región Tierra Caliente, es la familia Mora Aguiluz. Así, Celeste Mora Aguiluz, irá como candidata a diputada federal por el distrito 1. Y su padre, Martin Mora Aguirre, a la alcaldía del municipio de Tlalchapa, que dejará vacante Guadalupe Eguiluz Bautista, su esposa y madre de Celeste. Trasciende que todo esto con el apoyo externo del dirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero. Los caciques no se han ido. Ni del PRI, ni del PRD.
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