La caída del gobernador Ángel Aguirre y su grupo político en el PRD

*Ya renunció al PRD el gobernador con licencia, su hijo de bajó de la disputa por la alcaldía de Acapulco y a Sofío Ramírez lo dejaron fuera de la pugna por la gubernatura

Gilberto Guzmán

El 24 de abril del 2010, cuando el senador priísta Ángel Aguirre Rivero festejó su cumpleaños 54 en Taxco y acudió a felicitarlo Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, comenzaba la loca balada de quien menos de un año después comenzaría a gobernar Guerrero pero bajo las siglas de PRD-Convergencia-PT.
“Sólo vine a celebrar con mi amigo su cumpleaños y desearle el mayor de los éxitos en todo lo que emprenda. Estoy muy contento en acompañarlo en este festejo”, dijo en esa ocasión Peña Nieto, a la postre candidato del PRI y presidente de la república desde el 2012.
“La fiesta es una ratificación de amigos, es la ratificación y el refrendo de la amistad que me une con Enrique Peña Nieto. No es la primera vez que él acude a una celebración de este tipo, estuvo en mi cumpleaños en la Ciudad de México hace 3 años, además hace un poquito más de un año estuvo acompañándome en mis bodas de plata, no es algo nuevo, casi se sigue volviendo una tradición, espero que cuando sea presidente nos siga acompañando”, respondería Aguirre, que entonces buscaba la candidatura priísta a la gubernatura para la elección de enero del 2011.
Ahora, en febrero de 2014, Aguirre ya no es gobernador. Fue obligado a dejar el cargo por la presión política y social que generó la represión de estudiantes de la Normal rural de Ayotzinapa en Iguala de la Independencia el pasado 26 de septiembre, que derivó en la desaparición de 43 normalistas de los cuales es desconocido el destino de 42, porque uno, Alexander Mora Venancio, fue identificado por forenses austriacos.
El 23 de octubre, a poco de cumplirse un mes de los hechos de Iguala, Aguirre se separó del cargo. No le alcanzó la amistad que presumía tener con el presidente para mantenerse en la gubernatura, a la que se aferró contra todo vaivén político que lo sacudía, provocado por el Caso Iguala-Ayotzinapa.
Y Peña Nieto es presidente de la república, empeñado en allanarle el camino a su partido, el PRI, para que recupere la gubernatura de Guerrero, desde hace diez años en poder de “las izquierdas”.

Las detenciones, ¿principio del fin?

En el contexto de la sucesión gubernamental en Guerrero, cuando no solo se renovará la gubernatura sino las 81 presidencias municipales, el Congreso del Estado integrado por 46 diputados y las nueve diputaciones federales, el Gobierno federal lanzó una ofensiva contra Aguirre y el PRD, con la detención de nueve de sus ex funcionarios, acusados de operaciones con recursos de procedencia ilícita, ya que presuntamente desviaron más de 287 millones de pesos de los erarios local y federal a cuentas personales, y al ex gobernador le congeló las cuentas bancarias, como parte de la misma investigación.
El 10 de febrero fueron detenidos por autoridades federales, el hermano del ex gobernador, Carlos Mateo Aguirre Rivero, un primo de nombre Luis Ángel Aguirre Pérez, además de Paulo Ignacio, Mauricio Francisco, Alejandro Carlos, Víctor Felipe y Jorge Eduardo Hugges Acosta, así como Víctor Ignacio y Henry Paul Hughes Alcocer, de 47 años de edad, todos cercanos al mandatario, por presunto desvío de 287 millones 12 mil 594 pesos.

Neutralizar a Aguirre…

No se entiende que la intención del Gobierno federal sea meramente dar seguimiento a una investigación, cuando las acciones legales fueron ordenadas por la PGR justo cuando se definían las candidaturas y Aguirre peleaba importantes posiciones para su grupo político.
A principios de enero, el gobernador con licencia se resistía a permanecer agazapado, obligado por las circunstancias de Ayotzinapa, y decidió retomar sus cabildeos y negociaciones para garantizar que los integrantes de su corriente creada al interior del PRD, Izquierda Progresista Guerrerense, fueran tomados en cuenta con candidaturas para la elección del 7 de junio próximo.
Se reunió con casi todos los dirigentes perredistas, comenzando por el presidente del Secretariado estatal, Celestino Cesáreo Guzmán y el secretario general, Jorge Salgado Parra, precisamente de IPG.
Le siguieron el alcalde con licencia de Acapulco, Luis Walton Aburto (hoy candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura); el rector de la UAG, Javier Saldaña Almazán, aspirante a la gubernatura; el presidente del Congreso del Estado, Bernardo Ortega Jiménez, incluso el dirigente del Grupo Guerrero, David Jiménez Rumbo y el senador Sofío Ramírez Hernández, aspirante a la gubernatura que no logró la candidatura y utilizó el escándalo que involucra a los Aguirre como argumento para acusar que el PRD lo vetó por su cercanía con el mandatario.
Después, un grupo de diputados locales perredistas que festinaban el retorno de su jefe político a la escena pública. Sonríen en la foto difundida por ahí del 20 de enero, los diputados Roger Arellano Sotelo, Tomás Hernández Palma, Óscar Díaz Bello, Alejandro Arcos Catalán, Miguel Cantorán Gatica y Elí Camacho Goicochea, todos integrantes de la aguirrista IPG.
Había logrado reactivar las aspiraciones de su hijo, el diputado local Ángel Aguirre Herrera, de ser candidato del PRD a la alcaldía de Acapulco aunque las preferencias electorales no estuvieran a su favor, y se rumoró que él mismo buscaba contender por la diputación federal del distrito 08 con cabecera en su natal Costa Chica.
Pero se le atravesó la acción penal de la PGR contra su hermano y ex funcionarios y neutralizó el activismo político de Aguirre.

Y colapsar al aguirrismo

El 11 de febrero, Aguirre renunció a cuatro años de militancia del PRD para ponerse a disposición de las autoridades federales y estatales, según escribió en la misiva enviada al dirigente nacional del hasta ese momento su partido, Carlos Navarrete Ruiz.
“Lo único que exijo a las autoridades es justicia pareja y estricto apego a derecho”, subrayó Aguirre.
En el documento, el gobernador con licencia explicó que su renuncia es para “deslindar” al PRD de cualquier actuación que haya tenido durante su gobierno desde el 1 de abril de 2011.
En la semana, comenzó a circular la versión de que la Secretaría de Hacienda investigaba las cuentas bancarias de Ángel Aguirre Rivero para determinar hasta dónde el gobernador estuvo involucrado en el desvío de recursos de sus funcionarios.
Quizás por eso, el 16 de febrero Ángel Aguirre Herrera –siguiendo los pasos de su padre- también renunció a su aspiración por la candidatura del PRD a la alcaldía de Acapulco.
“Tomo esta decisión de manera responsable y con la intención de guardar respeto ante los lamentables sucesos acontecidos en los últimos meses en el estado de Guerrero”, se lee en la carta enviada a la dirigencia nacional del PRD.
Agregó que con su determinación espera “fortalecer las aspiraciones de los candidatos que decidan competir en el próximo proceso electoral en el que les deseo el mayor de los éxitos”.
Aguirre Herrera, sin embargo, no renunció al PRD. Anunció que seguirá “trabajando en favor del ciudadano acapulqueño y el Partido de la Revolución Democrática”.
El senador Sofío Ramírez quedó fuera de la contienda y Jorge Salgado Parra disputa la candidatura a la presidencia de Chilpancingo, a pesar de que se ha mencionado que su padre, Jorge Salgado Leyva, está en la mira de la PGR porque era el Secretario de Finanzas de Aguirre y no pudo haber ignorado los movimientos financieros que se estaban realizando.
De cuatro posiciones que el aguirrismo peleaba para mantenerse vigente, solo le queda alguna posibilidad de conseguir la candidatura de Chilpancingo. Sería el último reducto antes de extinguirse.