Opinión

Henríquez Guzmán: la candidatura de quien, entonces, no comprobó oriundez

Rodolfo Villarreal Ríos

Henríquez Guzmán: la candidatura de quien, entonces, no comprobó oriundez

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Octubre 27, 2018 13:24 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com


Continuamos con candidaturas presidenciales fallidas. Ahora, nos ocuparemos de la intentona del general Miguel Henríquez Guzmán. Un personaje que, al igual que Juan Andreu Almazán, se formó en las filas del grupo triunfante de la Revolución Mexicana. En ese contexto, consolidó su carrera político-militar, mientras que su hermano Jorge amasaba una fortuna económica al amparo de los contratos para construir obra pública. Se decía que su consanguíneo nada tenia que ver, pero no era desconocida la cercanía entre ambos y que el hombre de negocios era el principal consejero del político. Igualmente, nadie ignoraba la amistad que unía al divisionario con el expresidente Lázaro Cárdenas Del Río. En ese contexto, Henríquez Guzmán busca suceder al presidente Miguel Alemán Valdés. Vayamos al tema.
Henríquez Guzmán clamaba haber nacido, en agosto de 1898 en Ciudad Porfirio Díaz, hoy Piedras Negras, Coahuila. Sin embargo, durante su campaña presidencial, su oriundez fue cuestionada. Por lo tanto, a finales de 1951, se solicitó a quien, en nuestro pueblo natal, se desempeñaba como Oficial del Registro Civil, Oscar Pope Jiménez, que revisara los archivos para verificar la aseveración. El resultado fue que no había documento alguno que probara lo que el general alegaba. (’Piedras Negras, Destino y Origen: 80 años una narración para mis nietos,’ Rafael Villarreal Martínez, 2005). Esto no agradó al candidato y mucho menos a sus simpatizantes. Sin embargo, no fueron capaces, documentos en mano, de exhibir que lo afirmado por Pope Jiménez fuera falso. Antes de continuar, debemos de apuntar que la intentona presidencial, en 1951, de Henríquez Guzmán no era la primera.
Seis años antes, en 1945, buscó suceder al presidente Manuel Ávila Camacho. Sin embargo, al ver que las cosas no se inclinaban por su lado, se convirtió, de súbito, en un demócrata convencido. En este contexto, recurrimos al facsímil que aparece en el libro ’Henríquez y Cárdenas ¡Presentes! Hechos y realidades de la campaña henriquista,’ Enrique Quiles Ponce, (1980). Se trata de una nota periodística aparecida, el 10 de junio de 1945, en el diario Novedades. El titular clamaba ’No puede haber así elecciones democráticas, afirma Henríquez.’ En el cuerpo de la publicación, el divisionario de oriundez dudosa indicaba que diversos ’…grupos de todas las clases sociales…,’ se le acercaron para ofrecerle ’…la candidatura a la Presidencia de la Republica para el sexenio 1946-1952,…sin dar respuesta a tales proposiciones, me dedique escrupulosamente a observar el ambiente nacional… llegando a la conclusión inequívoca de que el engranaje oficial, salvo excepciones, presiona por la candidatura del señor licenciado Miguel Alemán…, circunstancias que excluyen toda posibilidad de una elecciones democráticas.’ Tras de ello, afirmaba que no aceptaba participar en la contienda electoral ya que no quería contribuir ’…a que se acentué más la división del elemento revolucionario…y a que nuestro país permanece en estado de guerra – encontrándose una unidad aérea en el frente de Filipinas-…’ Detrás de esto, a Henríquez Guzmán, de acuerdo con lo anotado por Quiles Ponce, le quedó el resentimiento de que tanto el expresidente Cárdenas, como el mandatario Ávila Camacho le habían negado el apoyo requerido para cumplir sus ambiciones democráticas (¡!). Todo quedó para mejor ocasión y Henríquez Guzmán se refugió en la vida privada y a consolidar su posición económica, aun cuando su hermano Jorge fuera quien aparecía como el hombre de negocios. Eso no implicaba reposo en sus actividades políticas.
En la narrativa de Quiles Ponce, se menciona una entrevista potencial entre Henríquez Guzmán con el presidente Alemán Valdés. Al saberse de ello, lo buscarían los expresidentes Ávila Camacho, quien lo recibió en su domicilio, y Cárdenas Del Río que fue a visitarlo a su casa. En el verano de 1950, la sucesión presidencial estaba en boca de todos y Henríquez Guzmán estaba dispuesto a buscar la candidatura. Algunos políticos sentían haber sido desplazados y trataban de volver. Al respecto, Octavio Rodríguez Araujo en ’El henriquismo: Última disidencia política organizada en México,’ (1975), señala que ’el 25 de abril de 1950 veinticinco cardenistas, en un desplegado en la prensa, plantearon el problema de la sucesión presidencial sobre la base de si hubiera de rectificarse el camino señalado por el régimen de Cárdenas o debía volverse a él.’ Revisando ’I. Apuntes 1941-1956, Tomo II,’ Lázaro Cárdenas (1986), encontramos que el 13 de julio de 1950, Cárdenas recibió en Jiquilpan al expresidente Ávila Camacho. Durante la charla, este mencionó que lo visitó Henríquez Guzmán para comentarle acerca ’…de la corriente que en su favor ha sentido para su candidatura a la Presidencia de la República y que espera conocer el sentir en todo el país para resolver si acepta su postulación.’ Asimismo, Ávila Camacho le indicó a su anfitrión que en México se decía que las actividades de un grupo de cardenistas por Henríquez Guzmán estaban avaladas por él. La respuesta fue que ’…tales versiones son naturales en el medio político en que vive el país y que mi actitud política se mantiene invariable. Que soy amigo del general Henríquez, como lo es él también.’ En la fecha mencionada arriba, Cárdenas indica haber recibido del pretendiente a candidato presidencial, aun cuando no da mayores detalles.
Sin embargo, revisando a Quiles Ponce, encontramos que tras de la entrevista de Henríquez con el presidente Alemán Valdés, el general y su hermano Jorge fueron ’a una granja llamada ‘La Joya’ localizada en Zitácuaro, Michoacán.’ Ahí, se da un dialogo interesante entre Cárdenas y Henríquez. A la pregunta del primero ’¿Que dice la política, mi general?’, el segundo responde ’Pues no sé nada, mi general. Realmente, no tengo aspiraciones presidenciales.’ Ante esto, el michoacano responde ’Mire, mi general, usted es patriota, y debe de asumir la gran responsabilidad: Alemán se quiere perpetuar en el poder a través de su pariente Casas Alemán, y eso no lo vamos a permitir.’ La replica del nativo de quien sabe dónde, es ’pero mi general, en la oposición no hay probabilidad de triunfo, porque para eso hay que derramar sangre.’ La contra respuesta es: ’No importa, yo estoy con usted.’ En ese mismo contexto, se alude que posteriormente los hermanos Henríquez y el expresidente se encerraron a platicar sin que se conozca, al menos públicamente, el tema del dialogo. Lo que posteriormente aparece en los apuntes de Cárdenas Del Río esta fechado el 24 de agosto de 1950, cuando anota: En Villa Obregón. La prensa de hoy publica un manifiesto político de los partidarios del general Miguel Henríquez Guzmán señalándolo como candidato a la Presidencia de la Republica.’ Trascurrirían varios meses para que todo se formalizara.
Recurriendo a lo escrito por Daniel Cosío Villegas en ’La sucesión presidencial,’ (1975), ’desde el 2 de enero de 1951 se dijo que Antonio Espinosa de los Monteros, entonces al frente de nuestra embajada en Washington, trabajaba ya en su favor… dos días mas tarde cuatro mil ferrocarrileros se separan de su sindicato para lanzar la candidatura de este general. Además, comienza a hablarse de formalizar una Federación de Partidos del Pueblo.’ De acuerdo al texto de Rodríguez Araujo, ’el 8 de] enero de 1951, en su casa, [en Chimalistac] acompañado de[l general] Marcelino García Barragán," Miguel Henríquez citó a una conferencia de prensa y declaró que sí iba a aceptar su postulación como candidato a la presidencia.’ De acuerdo con Cosió Villegas, dicho anunció dio pie al mote de que habían nacido los ’henriquecidos.’ Tras de eso, se dieron situaciones diversas.
Los campesinos poblanos, apunta Cosío Villegas, alentados por Gonzalo Bautista, decidieron separarse de la Confederación Nacional Campesina. Cesar Martino, cardenista de cepa pura, anunció que los miembros de ese sector en La Laguna, los de Iguala y Cuautla seguirán un camino similar. A partir de se momento, dan inicio los trabajos para lograr el registro oficial del Federación de Partidos del Pueblo Mexicano, (FPPM) fundada originalmente en 1946. Una vez que se logró el objetivo, indica Cosió Villegas, ’se convocó a una asamblea nacional constitutiva que se celebra del 29 al 31 de marzo de 1951…’ En marzo Henríquez visitó a Cárdenas" y le manifestó que sí participaría y que creía ganar, fundamentalmente por el descontento que privaba en el país. Esto no aparece en el recuento minucioso diario que el expresidente presenta en sus Apuntes. Ante ello, cabe mencionar lo escrito por Quiles Ponce quien señalaba que ’…los discursos del general Henríquez Guzmán aceptando su postulación, y rindiendo la protesta respectiva, fueron sometidos a la consideración oportuna del general Cárdenas en una finca de Chupícuaro, Quiroga Michoacán…’ En ese contexto, un buen número de cardenistas aparecían como partidarios del henriquismo.
Elisa Servín en ’El movimiento Henriquista y la reivindicación de la Revolución Mexicana,’ señala como los henriquistas más conspicuos a ’…Graciano Sánchez, fundador y ex dirigente de la CNC, el ingeniero César Martino, ex director del Banco de Crédito Ejidal, el coronel Wenceslao Labra, fundador de la CNC, o J. Trinidad García, también fundador de la CNC, quienes organizaron y dirigieron a la UFCM [Unión de Federaciones Campesinas de México]. {Asimismo,] …exgobernadores [como] Bartolomé Vargas Lugo, de Hidalgo; Gonzalo Bautista, de Puebla; Marcelino García Barragán, de Jalisco; Francisco Parra, de Nayarit; Pedro Rodríguez Triana, de Coahuila [el atrabiliario Pedro Quinto quien desgobernó esa entidad entre 1937 y 1941]; Pedro Torres Ortiz, de Colima, y Vicente Estrada Cajigal, de Morelos. [Igualmente] ex colaboradores de Cárdenas y Ávila Camacho como Raúl Castellano, ex secretario del [presidente Cárdenas]; José Muñoz Cota, también ex secretario de Cárdenas, Ernesto Soto Reyes, líder del ala radical en el Senado durante el gobierno cardenista o el exsenador por Michoacán Antonio Mayés Navarro. Finalmente, se unieron… el general Genovevo de la O, viejo zapatista, Rubén Jaramillo, líder campesino en Morelos, Celestino Gasca, ex dirigente de la CROM y diputado y senador cetemista por Guanajuato, Juan Gutiérrez, líder ferrocarrilero que llegó a la gerencia de Ferrocarriles Mexicanos durante el cardenismo, y Agustín Guzmán, dirigente del sindicato minero.’ Quiles Ponce agrega a Cándido Solorzano Morales y Salvador Solórzano Bravo, padre y hermano político respectivamente del divisionario de Jiquilpan. El periodista potosino, Francisco Martínez De La Vega, el general Luis Alamillo Flores y el marino, Francisco Mancisidor. Posteriormente, se incorporarían, Francisco J. Múgica, Ignacio Ramos Praslow, Agustín Leñero y Porfirio Del Castillo. Además, en la parte operativa estaban un par de servidores antiguos de Cárdenas, un teniente, Lupe Monroy, quien cada noche reportaba ‘confidencialmente’ al expresidente lo ocurrido. El enlace entre Henríquez y Cárdenas era el capitán Honorato Gutiérrez. Aunado a este grupo, según lo apuntado por Cosió Villegas, ’…por la ciudad de México se vio en más de una ocasión a doña Amalia [Alejandra Solórzano Bravo] y Cuauhtémoc [Cárdenas Solórzano] repartiendo propaganda henriquista.’ Ante esta lista, vale revisar lo anotado por el expresidente Cárdenas en sus ’Apuntes’ correspondientes al 26 de diciembre de 1951.
En esa fecha, Cárdenas escribía: ’Una tarde de marzo de 1951, me visitó el señor general Miguel Henríquez Guzmán y me hizo conocer su decisión de participar en la próxima campaña política como candidato a la Presidencia de la Republica y al preguntarme mi opinión, le manifesté que a la representación nación al del pueblo sólo se llega por uno de dos caminos, por voluntad unánime del pueblo a tal grado que el gobierno se vea obligado a reconocer el triunfo o cuando el gobierno simpatiza con la candidatura en juego y siempre que no haya oposición mayoritaria.’ Henríquez, anota Cárdenas, le participaba haber encontrado gran descontento especialmente en la s zonas rurales. La recomendación del expresidente fue de que analizara serenamente la situación en general. Posteriormente, Cárdenas apunta, ’siguió visitándome con frecuencia, conversándome del curso de su campaña…pero jamás recibió de mi promesas de que participaría yo en su campaña, ni llegue a estimular a ningún elemento para que se sumara a su candidatura.’ Unos días mas tarde, el 5 d enero de 1952, Cárdenas recibe al candidato priista Adolfo Ruiz Cortines quien le ’…mostró la documentación que guarda como pruebas de que no sirvió a los invasores norteamericanos durante la invasión a Veracruz…Habló de la necesidad de moralizar todos los sectores sociales y asentí agregando, ser una lacra que viene creciendo velozmente y que urge detener si queremos evitar nuevas convulsiones en el país.’ Tras de ello, el expresidente anotó haber escuchado los mismos propósitos morales y sociales de labios de Henríquez Guzmán ’…solo que expresados con mayor vehemencia y más energía en la actitud.’ A raíz de esta visita, surgieron una serie de controversias en torno a sí Cárdenas apoyaba o no a Henríquez Guzmán, por ello, el expresidente escribió, el 23 de marzo, en sus ’Apuntes’ que no negaba su amistad longeva con Henríquez, pero ’…en lo político lo respeto en sus actividades, como respeto a todos los demás candidatos.’ Sin embargo, los henriquistas no le perdonaron esa ambivalencia y, retornando a Quiles Ponce, mencionaba que el 23 de mayo de 1952, se entrevistaron el presidente Alemán y el general Cárdenas ’…a bordo del yate presidencial ’Sotavento…Tan luego como el ex Presidente Cárdenas abordó el Sotavento, … se hizo a la mar, y regresó pasadas las nueve de la noche…’ En los ’Apuntes’ correspondientes al 23 de mayo, el michoacano escribió: ’Playa Azul de Melchor Ocampo a Playa Azul en carro, con el ingeniero Antonio Gómez García, capitanes Lino Salcedo y J. Guadalupe García y civil Guillermo Girón, que encontré en Zihuatanejo esperándome.’ Para los henriquistas lucía que habían perdido un apoyo que daban por seguro.
Finalmente, el 6 de julio de 1952, se efectuaron las elecciones presidenciales y los resultados fueron: Adolfo Ruiz Cortines con 2.7 millones de votos, Henríquez Guzmán con 579 mil, y Efraín González Luna 285 mil. Los henriquistas alegaron fraude, el 7 de julio, en la versión del expresidente Cárdenas, trataron de ’verificar un mitin en la Alameda, Hemiciclo Juárez que fue disuelto por la policía con saldo de sangre y numerosos detenidos…El Excelsior publica haberse registrado siete muertos y numerosos heridos.’ El 12 de julio, Cárdenas se entrevista con Henríquez y el 14 conversa con Ruiz Cortines. Poco a poco, los ánimos fueron serenándose y Henríquez Guzmán tranquilizándose, había otros intereses económicos-familiares que no era cosa de ponerlos en riesgo, después de todo había vida tras de la aventura presidencial y muchos de sus seguidores lograrían su objetivo al reinsertarse en la política nacional.
Esta es una versión comprimida de la candidatura de un personaje quien, entonces, no pudo comprobar su oriundez. En ese contexto, el domingo 11 de noviembre de 1951 visitó Piedras Negras, Coahuila y según Quiles Ponce, ’a las 11 horas, [partió] del aeropuerto de México. Aterrizaje en Monterrey para comer. A las 14 horas, salida de Monterrey a Piedras Negras, Coah., arribando a esta población a las 16:45 hrs. [¿] Solar nativo [?] del candidato. Habló en nombre de los ferrocarrileros Juan Gutiérrez, quien emocionó con brillante y patriótico discurso. Del aeropuerto al centro, el candidato a hombros del pueblo durante un buen trecho. A las 17 horas salida a Villa Acuña.’ Decía profesarle un amor profundo al que invocaba como su pueblo natal y para demostrarlo bastaban quince minutos. Hasta donde se conoce, no volvió a pararse por ahí, lo cual comprueba que su oriundez era dudosa, por decir lo menos. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Ahora que van a cortar el servicio del agua a la CDMX, nos encontramos en el volumen 7 de ’Seis Siglos de Historia Grafica de México, 1325-1976,’ un texto en el cual se lee: ’A fines del mes de noviembre [de 1922], la ciudad de México careció de agua potable debido a una descompostura en la planta de bombas de La Condesa. Diversas manifestaciones se hicieron culpando al Ayuntamiento. El pueblo acudía a las fuentes publicas y otros sitios para adquirir tan preciado líquido, hasta que el día 30 se efectuó una imponente manifestación la que al llegar al palacio municipal se originó un motín que ocasionó 14 muertos y 30 heridos. La muchedumbre prendió fuego al edificio y las tropas de la guarnición restablecieron el orden…’ Entre las pancartas que portaban los protestantes, se leía: ’Agua, Agua, Agua.’ Y ’Agua pedimos a Dios y al H. la dimisión.’ Esperemos que noventa y seis años después, no vayan a repetirse escenas similares.
Añadido (2) Se podrá o no estar de acuerdo, eso es asunto de cada uno y sus preferencias políticas, con el secretario de turismo, Enrique De La Madrid Cordero. Sin embargo, lo que no puede negársele es que ha salido a dar la cara y plantear su postura en un momento en que todos nuestros políticos solamente buscan quedar bien con los que arribaran o andan en la rebatinga por ver cómo pueden apoderarse de aquello que llevaron a un deterioro que casi lo destruye.
Añadido (3) ¿Ya empezaría la colecta de llaves para elaborar la estatua de Poncio Pilatos?

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