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(Carta a Don Héctor)

Epístolas Surianas

Julio Ayala Carlo

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Julio 17, 2016 21:02 hrs.
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ES OBVIO, Y LÓGICO, QUE SI EL PRI Y EL PRD relevaron a sus dirigentes nacionales tras los resultados estrepitosos electorales del cinco de junio pasado, en donde resultaron derrotados por un PAN que nunca esperó y consideró obtener una aplastante victoria, lo indiscutible es que también releve de sus cargos a sus dirigentes estatales, y no solo en los estados donde perdieron, sino también donde, como en el caso de Guerrero, están desfasados o simplemente no funcionan rumbo al 2018.

En efecto, Manlio Fabio Beltrones tuvo que dejar la dirigencia nacional del PRI tras los resultados desfavorables del cinco de junio pasado, y por los mismos motivos hizo lo propio el dirigente nacional del PRD, Agustín Basave. Al primero lo suplió Enrique Ochoa, y al segundo Alejandra Barrales, quienes, cada quien por su lado, plantean una nueva estrategia para mantenerse en el ánimo de los electores.

Pero en el caso de Guerrero, los dirigentes de ambos partidos ciertamente también debieron irse tras la elección de gobernador, diputados al Congreso del estado y ayuntamientos municipales. El dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo, por la derrota de su partido el seis de junio del año pasado, y el dirigente estatal del PRI, José Parcero, porque si bien su partido ganó la elección, él, como delegado nacional con funciones de presidente, ya concluyó su ciclo.

Y es que Celestino Cesáreo ni siquiera tiene pinta de presidente del PRD, de tal forma que quien menos manda en ese partido es él, como consecuencia de que quien ahí decide son las corrientes, de tal forma que si decide o propone una cosa, inmediatamente lo callan, lo cuestionan o le enmiendan la plana, como ocurre con el último acuerdo del comité directivo estatal, por el que relevaron a Ramiro Alonso de Jesús como representante del sol azteca ante el IEPC, dado que lleva en el cargo más de 4 años, designando en su lugar a Nicanor Adame.

Nunca lo hubiera hecho. David Jiménez, el otrora mandamás del PRD, le exigió reinstalar en su cargo a Ramiro Alonso, pues es de su grupo, y caso contrario, que se atenga a las consecuencias. Obvio, con el apoyo de otras corrientes, pues ¿quién diablos te dijo que puedes hacerlo?, mientras que el grupo de Nicanor Adame, que encabeza Víctor Aguirre, reclama el espacio, indudablemente, rumbo al 2017 y por supuesto al 2018.

En el caso de José Parcero, delegado nacional con funciones de presidente del PRI Guerrero, si bien el tricolor obtuvo la victoria electoral en junio del año pasado, no puede decirse que el triunfo se debe a su liderazgo, pues en el proceso electoral se desempeñaba como delegado en el estado, además de que ni siquiera conoce Guerrero.

Dicen que José Parcero es un priísta con una gran experiencia política, sin embargo, ciertamente no se ve su trabajo en Guerrero. En el tiempo que lleva como delegado nacional del PRI con funciones de presidente, lo único que ha hecho es administrar a ese partido, y eso sí ha pintado, muy bonito, la sede estatal, cuando lo que los priístas requieren es un dirigente.

Cierto. No es lo mismo dirigir que administrar, aunque parezcan lo mismo. Y de cara al 2018, en que además de ayuntamientos municipales y diputados al Congreso del estado, también se elegirá presidente de la República, y se renovará en su totalidad el Congreso de la Unión, es decir, a senadores y diputados federales, por lo se requiere a un líder, o en su caso a un dirigente, y no a un administrador de un partido político como lo ha demostrado que es José Parcero, quien por cierto delega el mando en el secretario de Finanzas del comité directivo estatal del PRI, Erick Catalán.

Claro. Lo que le ayuda al priísmo guerrerense es que el estado tiene a un gobernador del PRI, con trabajo, carisma y liderazgo, no sólo al interior de ese partido, sino en todo Guerrero, de tal forma que mucho tendrá que ver su labor en el 2018. Y es, por ahora, se ve un PRI adormecido, aunque como ya dijimos, en el PRD prácticamente ni dirigente tienen.

Por supuesto, en el resto de partidos, incluyendo al PAN, que si bien en otros estados del país es una fuerza real, lo cierto es que en Guerrero nada más no levanta, y lo mismo puede decirse del PT y de Morena, incluso en el Partido Verde, que lo único que ha hecho es cazar candidatos. El único que hizo cambios, tras la elección del seis de junio del año pasado fue Movimiento Ciudadano, hoy encabezado por Luis Walton Aburto. Por cierto, el dirigente estatal del PT, Fredy Guevara, ya lleva al frente de ese partido 10 años, y cada vez con menos votos conseguidos.

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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