LECTURA POLÍTICA

El affaire Jorge Salgado

Plata Purao

El affaire Jorge Salgado

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Marzo 31, 2015 21:45 hrs.
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Noé Mondragón Norato
Para el PRI, la acusación no debe echarse en saco roto. Porque si el diputado federal, Jorge Salgado Parra, se fue del PRD y regresó a su ex partido tricolor, y luego los perredistas alegaron que lo hizo bajo coacción y amenazas, entonces se configura un entorno siniestro y poco claro que empaña la elección. E inocula al propio PRI. No solo por el hecho de que en el PRD se impidiera su registro como candidato a la alcaldía capitalina, sino porque al final de cuentas, ya no pudo encaramarse como candidato del propio PRI a la alcaldía de Chilpancingo. Y se fue sin obtener nada a cambio. Una negociación que simplemente, no lo fue. De ahí se abren algunas lecturas.
¿PRI SINIESTRO Y DESESPERADO?- En la actual contienda electoral que definirá al candidato a gobernador, PRI y PRD no logran convencer. Sus candidatos se arrancan, pero no alcanzan a despegar. Por esa razón, los acontecimientos frívolos y extraños, parecen formar parte de estrategias atípicas con el único fin de ganar la simpatía y los votos de los ciudadanos. Pero algunos de esos eventos escapan al sentido común. 1.- El PRD no le quiso dar la candidatura a la alcaldía de Chilpancingo, al secretario general de ese partido y diputado federal con licencia, Jorge Salgado Parra. Éste último alegó días antes, que llevaba la delantera en las encuestas internas de ese partido. Nunca hubo una aclaración al respecto, por parte del dirigente estatal de ese partido, Celestino Cesáreo Guzmán. Ni para bien, ni para mal. Ese silencio dijo mucho. Entre otras cosas, que a Salgado Parra, lo abandonaron a su suerte. O bien, escondieron los motivos de ese silencio. Pero decidieron romperlo cuando el legislador perredista decidió renunciar al PRD para sumarse al candidato del PRI, Héctor Astudillo. Y eso se llama oportunismo y conveniencia. 2.- Ante dicho escenario, el PRI asumió que, acumular activos políticos de donde sea, fortalecería el proyecto de su candidato a gobernador. Por eso se entiende que aceptó el regreso de Jorge Salgado Parra, en su condición de oveja descarriada que retorna al redil. Y eso ocurrió apenas el pasado viernes. Pero nunca explicó que se trataba de una acción coercitiva, atribuida a la operación del ex secretario de Finanzas del gobierno de Ángel Aguirre, Jorge Salgado Leyva, padre del diputado federal en mención. 3.- El dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo Guzmán, se dio por ofendido esta vez. Asumió que Salgado Parra se fue de ese partido bajo amenazas y coacción por parte del PRI. Y aseguró que toda esa tramoya estaba asociada al desempeño del ex secretario de Finanzas. Dio por entendido que Jorge Salgado Parra, no se fue por voluntad propia del PRD, sino obligado por las circunstancias adversas en que se movía su progenitor. Lo curioso del asunto, es que desde dentro del PRD, nadie alzó la voz en su momento, para defender y explicar la situación del ex titular de Finanzas, que le pegaron de soslayo a su hijo. Y que se midió con la negativa de las cúpulas perredistas para encumbrarlo como candidato a la presidencia municipal de Chilpancingo. 4.- El otro punto se asocia a una situación de simples valores entendidos: al renunciar al PRD, Salgado Parra nunca dio explicaciones acerca de su dimisión. Simplemente se presentó en un evento del candidato a gobernador tricolor Héctor Astudillo, y accedió a levantarle la mano. Los boletines oficiales del día siguiente dieron cuenta del hecho, como una adquisición política importante de Astudillo para su causa de poder. Esta vez, Salgado Parra tampoco fijó postura. Simplemente dejó que los hechos noticiosos corrieran como el agua. Que la polémica se levantara en torno a su figura. Que los hechos hicieran crecer su figura en los medios. Que otros hablaran por él. Pero al final de cuentas, lo hicieron ver como un personaje desprovisto de carácter. Porque si el PRI lo reclutó y el PRD se quejó de esa adhesión, él nuevamente calló. El silencio habló y confirmó lo endeble de su reciedumbre política. No ha tenido hasta hoy, la dignidad ni el valor para hablar en torno a esos hechos. Simplemente dejó que otros lo hicieran por él. ¿Es acaso ese el alcalde que necesitaba la capital del estado para enfrentar y resolver sus más agudos problemas? Como muchos otros personajes improvisados de la política, el diputado federal Salgado Parra, se vio carente de tablas y oficio político. Y eso lo hunde aun más.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El cierre de filas del senador tricolor René Juárez Cisneros, junto al candidato a gobernador Héctor Astudillo y el diputado federal Manuel Añorve Baños, en torno a la figura del oncólogo Marco Antonio Terán Porcayo, a fin de apoyarlo como candidato del PRI a la alcaldía de Acapulco, debilita sustancialmente el proyecto del diputado local con licencia, Rubén Figueroa Smutny, quien también la quería. El grupo Figueroa entendió que su presión ya no daba para más. De lo anterior logró una sola cosa: que Julieta Fernández –esposa de Añorve- tampoco se quedara como candidata. Y eso lo percibió como ganancia.
dragonato@hotmail.com

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