El voto (in)útil

Mientras en doce entidades del país los ciudadanos sufragaron este pasado domingo por su nuevo gobernador, y en Baja California por sus alcaldes, en la ciudad de México a los ciudadanos nos permitieron votar por los integrantes de la Asamblea Constituyente.
La jornada electoral transcurre mientras se teclean estas líneas, pero la tranquilidad de la capital de la República hace advertir que la participación ciudadana será seguramente la más baja registrada, en una ciudad en que el abstencionismo es el partido mayoritario, cada vez más fuerte.
Era mucho pedirle a la gente que fuera a votar por unos constituyentes que ni son todos los que van a estar, ni quienes realmente redactarán la Constitución de un nuevo estado que al final no lo va a ser del todo, como parte de una reforma política que la ciudadanía nunca ha demandado ni tendría por qué hacerlo, ya que sobre todo le interesa a la clase política, cuyos integrantes son quienes tendrán más poder y más recursos, reforma que se gestionó y aprobó en el Congreso federal sin que entonces se pidiera el voto y la opinión popular.
Así que fuimos a las urnas para darle a un grupo de políticos el disputado honor de ser constituyentes, aunque hubiera sido más serio preguntar a la ciudadanía qué tipo de Constitución queremos o necesitamos, cuáles principios y valores son fundamentales, y qué derechos y obligaciones deben estar plasmados en el documento.
No fue así, y la clase política se salió una vez más con la suya. Acudimos a elegir a nuestros representantes y con ello se legitima el nuevo estatus de la capital de la República para beneficio de partidos, legisladores y gobernantes, lo cual no significará ningún cambio ni beneficio en la vida cotidiana de las mayorías.
Eso sí, tuvo el encanto de la medición de fuerzas rumbo a la elección de 2018. Pero eso es también básicamente interés de las fuerzas y protagonistas de la política, incluidos los de los organismos electorales, que ya se saborean el gran reparto del pastel de dineros y poderes dentro de dos años.