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El erotismo de Serguéi Eisenstein, en el Palacio de Bellas Artes


Como parte de la exposición temporal ‘Vanguardia rusa. El vértigo del futuro’, en la Sala Paul Westheim del Museo del Palacio de Bellas Artes se presenta una selección de 33 dibujos de carácter erótico-pornográfico del cineasta soviético Serguéi Eisenstein, que durante años estuvieron censurados por su pro

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Diciembre 20, 2015 14:57 hrs.
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Galeo L.

MÉXICO, D.F. (apro).- Como parte de la exposición temporal ‘Vanguardia rusa. El vértigo del futuro’, en la Sala Paul Westheim del Museo del Palacio de Bellas Artes se presenta una selección de 33 dibujos de carácter erótico-pornográfico del cineasta soviético Serguéi Eisenstein, que durante años estuvieron censurados por su propia viuda.

En un comunicado del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) se detalla el contenido de las obras:

“…marcadas por fantasías explícitas que contienen actos de necrofilia, homosexualidad y escenas orgiásticas, así como asociaciones del subconsciente como la muerte y el sexo, el horror y el éxtasis, la pasión y la religión”.

Los dibujos del cineasta nacido en Letonia en 1898 y fallecido en Moscú en 1948 fueron realizados durante su estancia en México (donde realizó la inconclusa película ¡Qué viva México!), entre 1930 y 1932.

En el papel de varios de los bocetos, según el INBA, puede apreciarse aún el sello del Hotel Imperial donde estuvo alojado y donde realizó la mayoría de las obras.

Realizador también de El acorazado Potemkin (1925), Alexander Nevski (1938) e Iván el terrible (1945), Eisenstein hizo las caricaturas influenciado por el llamado padre del psicoanálisis Sigmund Freud (1856-1939). En su momento fueron consideradas como “raras”, aunque en realidad forman parte de su creación cinematográfica: “Una serie de hojas con diferentes dibujos correspondían a un conjunto de cuadros combinados en la cinta.”

Y México fue parte de su inspiración “con su éxtasis religioso, el alegre culto a la muerte y sus antiguas imágenes arquetípicas”.

A decir del INBA, la colección –perteneciente al Museo Estatal de Hermitage de San Petersburgo, Rusia– es parte de los tiempos de vanguardias que vivió Eisenstein y que es el tema de la exposición general dentro de la cual se incluye esta breve selección. Sus lápices rojos y azules eran utilizados para representar latigazos y el color de las heridas. Decía el creador ruso:

“Si la revolución me condujo al arte, el arte me llevó eternamente por los caminos de la revolución.”

Entre las obras se mencionan: A los corazones de Verlaine y de Rimbaud (1931), Seducción del soldado Gabriel (1931), Rumor (1933), Sobre una mesa de vidrio (1931), Vista inferior (1931), Corrida (1931), Anunciación (1931), La manzana y la serpiente (1931) y Zeus y Dánae (1934).

Luego de su estancia en México y de una visita a Estados Unidos, Eisenstein regresó a su país, donde sufrió la censura del régimen de Stalin. Cuenta el INBA que cuando falleció, su viuda dividió los dibujos en “decentes” y “obscenos”, entregó los primeros al Archivo Central de Rusia y guardó el resto en la Casa Moskvin, operadora de las películas del cineasta. Y fue hasta muchos años después cuando se logró su exhibición.

El recorrido por esta exposición puede hacerse con la grabación Trazos eróticos, playlist, realizada en la aplicación Spotify, con la intervención de artistas como Ely Guerra, Calle 13, Nine Inch Nails. Sólo hay que acceder desde una tablet, smartphone o computadora al perfil mbellasartes.

La exposición Vanguardia rusa. El vértigo del futuro, que ocupa todas las salas del Museo del Palacio de Bellas Artes, estará abierta al público hasta el próximo 31 de enero, de martes a domingo, de las 10 a las 18 horas.

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