Por los vientos que soplan alrededor de la ruta presidencial del 2018, se advierte que los partidos políticos que no concreten alianzas, difícilmente conseguirán el triunfo en las urnas.

La multiplicación de partidos deriva en una pulverización del voto provocando que el resultado del proceso electoral de esa contienda pueda darse en tercios o hasta en cuartos.

De acuerdo a la observancia hacia esa notan lejana fecha, priista, panistas, perredistas y morenos serían los partidos con candidatos propios, aunque en el camino alguno de ellos pueden pactar acuerdos y alianzas que, por el momento, se vislumbran complicadas.

Si a eso se le suma algún candidato independiente competitivo, el resultado electoral se muestra más complicado.

De ahí que existiendo una serie de partidos pequeños, incapaces de ganar unos comicios por si solos, la le y de la oferta y la demanda los hará encarecerse.

La proliferación de partidos pequeños (a los que Diego Fernández de Cevallos catalogó como la chiquillada), convertidos en exitosos negocios empresariales es una muestra de la perversión política.

Se trata de organismos políticos antidemocráticos, manejados por una sola persona, un pequeño grupo o hasta por familias completas, que buscan disfrutar del poder, casi sin esfuerzo alguno.

Esos pequeños partidos se convertirán en preciadas joyas para los partidos grandes, esperando los respalden con los pocos o muchos votos que puedan aportar.

Sin embargo, debido a la nueva reglamentación electoral, para esos partidos les será difícil sobrevivir después del proceso comicial del 2018.

Los recientes comicios celebrados en 12 estados del país para la renovación de igual número de gobernadores, desnudaron la presencia de muchos de esos partidos y hasta de los llamados grandes, los que en alianza o sin ella no alcanzaron el mínimo de ley para conservar el registro a nivel local como partido político.

De ahí que su cotización para establecer alianzas será sumamente cuidadosa, para obtener la recompensa esperada en cuanto a dinero y posiciones políticas, pero al mismo tiempo garantizar que los votos que reciban les garantice la sobrevivencia.

Por lo que se aprecia a la no tan lejana fecha de definición de las alianzas, los únicos que la tiene segura (aparentemente) son el revolucionario y el Verde Ecologista de México, cuya fusión ocurrió desde los tiempos en que Roberto Madrazo Pintado presidía el partido tricolor.

Antes los del partido del tucán experimentaron una alianza con el PAN que fructificó en el triunfo presidencial de Vicente Fox Quesada, aunque no obtuvieron la recompensa espera, compromiso que si cumplió el PRI en su momento.

Priistas y verdes han consolidado ese ’maridaje’ y hasta consiguieron que el partido del llamado ’niño verde’ lograra su primer gobierno estatal (Chiapas), en la persona de Manuel Velasco Coello.

Las demás posible alianza se ven complicadas, por la inconsistencia de algunos de esos partidos que primero analizarán las propuestas que les sean hechas, antes de establecer pactos de alguna clase.

Aquel gran frente de los partidos de izquierda se encuentra desmembrado, con la fundación de MORENA y el éxodo de decenas de miles de simpatizantes del PRD.

MORENA y PRD sonarían como la mejor alianza, aunque esta se considera lejana, sin importar que Andrés Manuel López Obrador dejara abierta la posibilidad de pláticas sobre el tema.

Incluso el PRD podría entrar en negociaciones para una mega alianza con Acción Nacional en torno a un candidato único, como sucedió en los comicios del cinco ce junio pasado, donde unidos ambos lograron la victoria en Durango, Quintana Roo y Veracruz.

De los otros dos partidos considerados de izquierda (PT y MC), se desconoce la forma en que responderán a posibles invitaciones para aliarse con alguno de los grandes.

El PT eterno aliado del PRD optó ahora por establecer nexos con los priistas, los que están dispuestos a negociar con tal de quedarse con los pocos puntos que le pueden aportar este organismo político, que todavía podría reaccionar y unirse a MORENA o PRD.

Movimiento Ciudadano, otrora satélite perredista, confía en que ya puede caminar solo, aunque no le alcance para ganar la presidencial, pero si para conservar el registro, aunque no desdeña algún ofrecimiento tanto de MORENA como del PRD.

Quien tiene una situación más complicada, aunque se le puede despejar pronto es Nueva Alianza, partido entregado a la alianza con el PRI, lo que se podría complicar si el candidato del PAN resulta ser Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, con quien los dirigentes del PANAL mantienen una gran cercanía.

Encuentro Social es un partido que sin tanto boato logró su registro en su primera incursión electoral ya apenas en junio pasado se quedó a un puñado de votos de ganar una de las principales alcaldías del país, la de Tijuana, Baja California.

Priistas y panistas pueden realizar ofertas suculentas que les resulten atractivas para una eventual alianza, ya que se considera difícil que el PES pueda entrar en competencia con candidato propio.

Con este panorama y el añadido de un candidato independiente, la rebatinga de las alianzas será sumamente interesante, especialmente por la pulverización del voto y el que los dos, tres o máximo cinco puntos que alguno de ellos pueda aportar, serán sumamente significativos para el partido que logre convencerlos de sumarse a sus filas.



DUARTE



La pugna entre el gobernador entrante de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares y el saliente, Javier Duarte de Ochoa, se recrudece y amenaza con ahogar al actual mandatario.

Prevalece una angustiosa situación financiera de la presenta administración que le será heredada a la entrante y dificultará la operación de cuando menos el cierre de año.





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