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NUEVOS PRESIDENTES

DE FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

DE FRENTE Y DE PERFIL

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Julio 17, 2016 20:58 hrs.
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Dos de los cuatro principales partidos políticos del país (PRI y PRD) cambiaron su dirigencia nacional en la misma semana, buscando nuevos horizontes, después de que fueron vapuleados en los comicios del pasado cinco de junio.

El PRI perdió cuatro gobierno estatales más (gobernaba nueve, ahora serán solamente cinco) y en los restantes dos en que no hubo elección de gobernador (Baja California y Ciudad de México) fue marginado hasta tercero y cuarto lugar.

Los perredistas perdieron donde llevaban candidato propio (Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas), aunque ganaron en alianza con el PAN en Durango, Quintana Roo y Veracruz. En realidad a nivel nacional, el PRD quedó en cuarto lugar en las preferencias electorales.

El cambio en uno y otro partido se debió a la renuncia de sus presidentes, pero por causas diferentes. Los priistas se fueron por un nuevo dirigente, en virtud de que la debacle electoral provocó la renuncia obligada de Manlio Fabio Beltrones. Los perredistas porque su dirigente nacional, Agustín Basave se hartó de tantas diferencias al interior del organismo político.

La clasificación de uno y otra nueva dirigente partidista es que el priista proviene de la tecnocracia y la perredista de la lucha sindical.

En lo que coinciden ambos es la tarea titánica que tienen encima y en que los dos van apostando a la candidatura presidencial de sus promotores.

Los dos partidos saben que las alianzas son fundamentales para sus respectivos proyectos y que sin ellas les será muy difícil alcanzar victorias en las urnas.

Ambos partidos dejaron en claro, con la elección del cinco de junio, la enorme pérdida de clientela electoral, donde tienen que recurrir a alianzas para poder sobrevivir.

El PRI tiene grandes aliados en Nueva Alianza, el Verde Ecologista de México, Encuentro Social y del Trabajo (en algunos casos) y partidos locales, aunque deberá analizar el porqué no le alcanzó para ganar en los sitios que su victoria parecía natural. El PRD solamente pudo ganar en donde fue en alianza con el PAN y en otros ni con eso les alcanzó para obtener la victoria.

Ahora ambos deberán trabajar en una estrategia novedosa que permite atraer nueva clientela electoral ante el riesgo de que los priistas pierdan la Presidencia de la República y a los perredistas les sean arrebatados los pocos enclaves de izquierda que les quedan.

El PRI seguirá con sus aliados de siempre, sin importar que el costo que pagan por ello resulta demasiado elevado y genera molestia entre los aspirantes a ocupar esos cargos que les son cedidos a sus aliados.

Enrique Ochoa Reza, ex director de la CFE es una joven promesa política del priismo, del que muchos desconocían su militancia en ese partido y que provocó protestas por su arribo. Alejandra Barrales Magdaleno es una realidad en el sol azteca que ha sufrido diversos descalabros para llegar hasta donde está.

Ochoa Reza recorrió un camino asfaltado, donde su designación provocó enojo en algún sector de la militancia y mostró que su promotor principal (Luis Videgaray Caso) no se encuentra muerto en la carrera presidencial. Barrales Magdaleno dejó en claro que el viejo conflicto con su promotor (Miguel Ángel Mancera) quedó atrás y ahora preparará la ruta presidencial del Jefe de Gobierno.

Hasta la elección presidencial pasada, los dos partidos (PRI y PRD) representaban las opciones más claras para ganar los comicios del 2012, como sucedió con el PRI obteniendo la victoria y el PRD con su candidato situándose en el segundo lugar.

El PRI, con su candidato Enrique Peña Nieto, ganó con buena ventaja, el PRD con el suyo, Andrés Manuel López Obrador, se ubicó en la segunda posición, como había sucedido seis años antes, aunque la victoria correspondió en 2006 al PAN.

Sin embargo, en cuatro años los tricolores y los del sol azteca han caído vertiginosamente, con una votación engañosa para los priistas en la renovación de la Cámara de Diputados y un fracaso rotundo al año siguiente en donde en nueve de catorce estados con proceso electorales, el tricolor fue dejado a un lado.

Para los perredistas la pérdida es más sensible, ya que en 2015 perdieron su principal bastión, la ahora Ciudad de México, y un año más tarde les fue todavía, con los presuntos triunfos en alianza con el PAN en tres estados.

En el perredismo quedó evidente su falta de figuras, ya que la máxima (Miguel Ángel Mancera) ni siquiera está afilado al organismo político, aunque pretende la candidatura presidencial.

Desde la aparición de MORENA, bajaron los bonos del perredismo, aunque se abre una ventana de posibilidades, luego de que Andrés Manuel López Obrador se mostró dispuesto a dialogar con el PRD, para una eventual alianza, bajo algunas condicionantes.

Los priistas saben que van contracorriente y que, por ahora, el PAN y MORENA los aventajan en la ruta al 2018.

Y es que el partido de la derecha y el de la izquierda tienen mayor definición en los nombres de sus aspirantes presidenciales, mientras que los tricolores se encuentran pasmados, a la espera de la orden superior que les indique quiénes de ellos son los adecuados para moverse en ese camino de la candidatura presidencial.

La tarea de uno y otra es sumamente compleja y en su desempeño va implícito el proceso electoral del 2017, donde se podrá apreciar un mejor panorama de lo que se avecina.

Enrique Ochoa Reza y Alejandra Barrales Magdaleno pertenecen a la generación de los 40 años (ella más cerca de los 50), donde se conjuntan experiencia con deseos de superación y una visión distinta a la de los treintañeros ambiciosos que tanto daño causan a la actividad política.

Email: ramonzurita44@hotmail.com

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