Del plato a la boca se cae la sopa, reza el viejo dicho arraigado en el sentir popular mexicano.

La referencia va enfocada hacia MORENA, partido que sabe tiene en la bolsa, por ahora, el futuro gobierno de la CDMX.

Tres son los principales referentes del partido que preside Andrés Manuel López Obrador para competir por la nominación y abanderar al organismo político en 2018.

Ricardo Monreal Ávila es el mejor posicionado de la terna, aunque los otros dos no se le despegan: Claudia Sheinbaum y Martí Batres.

Ella jefa delegacional en Tlalpan, él, dirigente de MORENA en la Ciudad de México.

Monreal Ávila, actual jefe delegacional en Cuauhtémoc, ex gobernador de Zacatecas, dos veces senador de la República y varias ocasiones más diputado federal, está resuelto a ser el abanderado de su partido en esa contienda y confía en que tanto Claudia como Martí le darán el respaldo necesario para ello.

Y es ahí cuando la situación se puede poner complicada, ya que los tres políticos (Monreal, Sheinbaum y Batres) son personajes cercanos al afecto de López Obrador. Nadie duda de que AMLO será el abanderado de MORENA en la contienda presidencial del 2018 y que uno de los tres mencionado podría convertirse en su coordinador de campaña, especialmente Ricardo o Claudia y Martí podría ir como futuro coordinador de los senadores o diputados de su partido.

Pero ahí entran en juego los diversos factores de poder y es cuando los egoísmos y vanidades deben dejarse de lado.

Según las cifras de las diversas encuestas (con candidatos supuestos de cada partido) arrojan números sumamente favorables para que sea MORENA el partido ganador de la Ciudad de México, sin importar el nombre de sus candidatos, considerando a uno de los tres mencionados.

Los demás partidos mostrando a personajes afines a esos organismos políticos quedan rezagados ante el empuje de Ricardo, Claudia y Martí.

No se siquiera en el PRD un candidato sólido que le pudiese arrebatar esa ventaja temprana a los morenos.

Alejandra Barrales, la mejor posicionada hoy es presidente nacional del partido y en tal función deberá atender asuntos de orden partidista.

Es cierto que los perredistas no se encuentran muertos en cuestión de seguidores en la capital del país, luego de que cuatro elecciones consecutivas para Jefe de Gobierno han sido ganadas por sus candidatos, pero la decepción causada por el actual gobernante, Miguel Ángel Mancera, además de la fundación de MORENA y la renuncia al partido de los nombres más rimbombante con que contaban, le ha pegado en lo electoral.

Además de Barrales hay otros nombres que suena como el de Salomón Chertorivski, quien como Mancera no es militante del partido, pero puede ser usado como candidato externo.

Otro en igual situación es la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, quien ya fue incluso candidata presidencial.

Ninguno de ellos alcanza en las mediciones a los prospectos de MORENA, por lo que el PRD podría recurrir a una de sus tan gustadas alianzas con el partido de la derecha.

Y es que todavía el Partido Acción Nacional se encuentra más alejado de los números de MORENA y detrás del PRD con todo y que la eventual aspirante medida es la jefa delegacional en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, quien tampoco es militante del PAN, pero si cercana al partido del que ha sido candidata en dos ocasiones, una a gobernadora de Hidalgo y la otra al actual cargo que detenta.

Los priistas simplemente no pintan en la CDMX, a pesar de haber conseguido algunos triunfos den la capital del país en los comicios de 2015, para que un año después fueran totalmente borrados en la elección de constituyentes.

En los otros partidos no existe un aspirante que pudiera poner en riesgo a los candidatos de los otros partidos y, finalmente, harán lo de siempre, aliarse con alguno de los principales organismos políticos.

Tal vez, uno de los dos grandes riesgo que enfrentaría MORENA, sería la aparición de un candidato independiente con recursos económicos suficientes para competir con ellos y con una gran popularidad que le acarree votos y le permita alcanzar a los ahora punteros.

El otro riesgo para MORENA lo representa la feroz tradición del canibalismo político que acompaña, principalmente, a los militantes de la izquierda.

Ricardo, Claudia y Martí deberán pactar para que quien resulte abanderado de su partido transite con el respaldo de los otros y de su partido, para alcanzar un cargo que ya desde ahora se vislumbra como de su partido y que conjuntamente con un eventual triunfo presidencial provocaría que por vez primera un partido contara con los dos principales cargos de elección popular.

Hasta ahora, el PRD es el eterno ganador del gobierno capitalino, ganando siempre desde 1997 el Distrito Federal y gobernando la ahora llamada Ciudad de México.

Cuauhtémoc Cárdenas fue el primero, Andrés Manuel López Obrador, el segundo, Marcelo Ebrard, el tercero y Miguel Ángel Mancera el cuarto y, tal vez, último de los candidatos propuestos por el PRD que ganaron en la capital del país.

Cuauhtémoc fue tres veces candidato presidencial, una de ellas luego de ser Jefe de Gobierno; Andrés Manuel lleva dos, el par luego de ser Jefe de Gobierno y va por la tercera, casi segura. Miguel Ángel aspira a ser el candidato presidencial del PRD, partido en que no milita, pero que lo puso como su abanderado al gobierno que hoy detenta.

De ganar el candidato de MORENA en la Ciudad de México (Monreal, Claudia o Martí), sus aspiraciones crecerían al nivel de sus antecesores en el cargo.



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