Crónica del Martes Santo

*Penitentes oran para que termine esta absurda guerra, que la paz y tranquilidad les sea devuelta a todos los mexicanos.

Texto y fotos de José Arroyo Reyes

En esta noche del Martes Santo, como cada año se llevó a cabo en Taxco la procesión de las Ánimas del Purgatorio o Procesión de los Encadenados, sin eventualidades extraños, en la participaron mujeres y hombre por igual, siendo presidida por la venerada imagen de san Nicolás de Tolentino.

En ella participaron diversas hermandades de personas encorvadas portando en manos un Cristo, caminaron con los pies descalzos y atados a una gran cadena de fierro durante todo el trayecto Vía Corta, pero sobre todo en esta edición, rezaron el Santo Rosario e hicieron oración para que termine esta absurda guerra y que la paz y tranquilidad les sea devuelta a todos los mexicanos, sobre todo a los guerrerenses.

Esta procesión inició alrededor de las 9: 30 de la noche en el atrio de del templo de San Nicolás de Tolentino y en ella participaron dos grandes hileras de gentes portando cirios y velas encendidas en sus manos que simulan el camino hacia el purgatorio, en el centro las imágenes religiosas las personas las cargaron en pesadas andas de madera.

Encabezaron la procesión de imágenes, el Cristo del Coro de la parroquia de san Miguel y el Siervo de Dios de la Capilla de san Nicolás Tolentino; también participaron dos grupos escultóricos -imágenes- que representarán a las Ánimas Benditas del Purgatorio que se veneran en una Capilla y la otra en una casa particular, además de los Arcángeles San Rafael y Gabriel. En esta procesión docenas de penitentes hombres y mujeres que acompaña en la procesión a la imagen de estas “almas en pena”, muy calladas reflexionaban y rezaban por los problemas del mundo.

Su forma de descaso durante casi dos kilómetros de caminata, fue colocarse en el suelo y apoyándose en sus cuatro extremidades. El pueblo las conoce como las “encorvadas”, por la forma tan característica de su posición. Estas penitentes no llevaban auxiliares visibles, aunque sus familiares o amigos muy de cerca estaban al pendiente de ellos.

Su atuendo es un vestido negro ceñido por un lazo y la cara igualmente cubierta por el capirote. En el grupo de las “encorvadas” muchas de ellas eran jovencitas y niñas, se nota en sus ojos y por el tamaño de sus pies y manos que es lo único visible en ellas de su cuerpo, sin embargo, también participan gente de la tercera edad.

En esta procesión nocturna los penitentes agobiados y cabizbajos, llevaban con mucha dificultas y dolor el instrumento de tortura a través de la larga cadena amarrados de sus tobillo. Todos los participantes al caminar producían un impresionante sonido al arrastrar la gran cadena de metal por las sinuosas y empedradas calles. La noche de las ánimas transcurrió en completo misticismo y asombro para propios y visitantes.

De esta manera los penitentes purgaran sus culpas y pidieron por la salud y bienestar de familiares, amigos y problemas propios. Es importante resaltar que los participantes en las diferentes procesiones podrán tener motivos personales para participan en ella, sin embargo, todos o la mayoría ofrecen su penitencia a Dios por la paz y la salud de otras gentes en todo el mundo y en ninguna forma este acto de amor constituye un acto de exhibicionismo, ya que su identidad siempre permanece en la incógnita.

Origen de la Hermandad de las Ánimas del Purgatorio

Según el Cronista de la ciudad, Juan Crisóstomo Estrada, los antecedentes del paso de la ánimas se remota a más de seis generaciones atrás por la familia Gutiérrez, oriunda de este pueblo mágico y que habitara durante varios años en una casa ubicada en el callejón de Chachalacas “fue allí desde donde salía la procesión en el marco de la Semana Santa, ya que después, debido a un accidente en el que se incendió una panadería, muchas de las imágenes, instrumentos y material que se utilizaban para esta celebración, y que se guardaban ahí, se perdieron y no se recuperaron, lo que significo una sentida perdida, por el cariño con que se conservaron por muchos años por los herederos de la tradición”.

Abundo el cronista que desde ese hecho funesto hasta nuestros días, la procesión tiene su punto de reunión en la calles de san Nicolás –hoy Miguel Hidalgo- precisamente en lo que fuera la casa de doña Guadalupe Gutiérrez Ramos, mejor conocida como ““lupita” quién recibiera el encargo de continuar con el trabajo cada año en Martes Santo.

Comento en entrevista Crisóstomo Estrada que antes de ella, su hermano Ascensión fue el responsables, le siguió a su mamá Félix Gutiérrez viuda de Ramos, que a su vez heredo la tradición de su tía Guadalupe Gutiérrez Moyano, antecedida por su abuela Reyes Gutiérrez y su bisabuelo Perfecto Gutiérrez del que se tiene conocimiento como antecesor más cercano.

Actualmente la descendencia de la familia Gutiérrez continúa organizando la procesión y asesoran a las hermandades, además de que tienen la encomienda de decidir quién sucederán en la responsabilidad.

En cuanto a la primera escultura de las ánimas que originalmente inició las procesiones era de un tamaño más pequeña que la actual, que data del año de 1938 y es de una proporción mayor. Otro dato que resulta interesante es una calavera humana que anteriormente se colocaba en la peana de las ánimas, para salir en -el paso- y que ahora ya no aparece debido al poco respeto de algunas personas y la que originaba comentarios de acentuada curiosidad y morbo. Ese cráneo, según miembros de la hermandad, significaba el final de la vida humana. gentedetaxco@hotmail.com