La ejecución del alcalde de Pungarabato (Ciudad Altamirano), Ambrosio Soto Duarte, ha generado controversia. Por un lado, el PRD –instituto político en el que militó durante diez años– exige justicia y se enfoca en responsabilizar a los gobiernos estatal y federal, y el gobernador Héctor Astudillo Flores lamentó el hecho y reiteró su compromiso de mantenerse firme contra los grupos delictivos que operan en el estado de Guerrero.
‘Bocho’, como era popularmente conocido, ya había sido amenazado por un grupo criminal que opera en la región de Tierra Caliente. De hecho, hace dos semanas fue ejecutado su primo y chofer Sebastián Soto Ramírez.
La región calentana ha sido escenario de sangre. Los criminales han impuesto su ley desde hace varios años. Y la violencia parece no tener fin en esa zona.
Bocho Soto viajó curiosamente la noche del sábado a Huetamo, Michoacán, en donde tenía un negocio, sabiendo de antemano el riesgo al que se exponía. Ya de regreso rumbo a Ciudad Altamirano, un comando armado le dio muerte en el punto conocido como Las Curvas del Cajón, entre San Lucas y Riva Palacio.
Hasta donde se sabe, Los Caballeros Templarios lo amenazaron al inicio de su gestión, ya que se negó a cooperar con ellos. Hace unos días las amenazas subieron de tono y le advirtieron que lo asesinarían en este tiempo de clausuras escolares.
Algunos personajes del PRD lucran con la ejecución del alcalde pungarabatense. Hacen protagonismo para golpetear a las autoridades.
Lamentablemente, Ambrosio Soto fue ejecutado.
Ojalá el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Xavier Olea Peláez, aclare pronto el caso y detenga a los responsables de tan aberrante crimen.
Qué bueno que el gobernador Héctor Astudillo manifieste su compromiso de mantenerse firme en el combate a la delincuencia y no se doblegue ante los criminales. Es cuanto.
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