Por Efraín Flores Iglesias


Luis Walton Aburto está muy enojado. No sabe qué hacer. El Partido del Trabajo (PT) lo dejó como novia de rancho, vestida y alborotada.
De último momento, el instituto político que a nivel nacional comanda Alberto Anaya Gutiérrez decidió no coaligarse con el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) en Guerrero. El PT prefirió respaldar a la perredista Beatriz Mojica Morga, y de esa manera asegurar su registro en Guerrero.
Con el PMC, el PT no tenía seguro obtener el 3 por ciento para poder conservar sus prerrogativas en la entidad, por una sencilla razón: Luis Walton es un pésimo candidato.
Con el PRD, en cambio, tienen seguro eso y más. De triunfar Beatriz Mojica en las urnas el próximo 7 de junio, varios petistas podrían llegar a ocupar importantes cargos en el gabinete estatal.
Por eso digo, el PT le midió muy bien el agua a los camotes. Y no es la primera vez que lo hacen sus dirigentes. Cada vez que hay elecciones siempre hacen alianzas con candidatos que garantizan buenos resultados en las urnas.
En un principio establecieron una alianza con el partido de Luis Walton. Pero no debemos olvidar que en política las alianzas no son eternas. Y, además, el PMC no tiene fuerte presencia en Guerrero. Su militancia está muy reducida. Ni en Acapulco tienen ya la fuerza para retener la Alcaldía.
Si Walton ganó hace tres años la Alcaldía fue porque contó con el apoyo del PRD… y del PT.
Hay que recordar que en 2012 el candidato del PRD fue Evodio Velázquez Aguirre, quien a petición del entonces candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de la dirigencia nacional del Sol Azteca, declinó a favor del empresario gasolinero, con el único fin de que la izquierda obtuviera buenos resultados para derrotar al PRI.
El objetivo se cumplió. López Obrador ganó en Guerrero y Walton ganó en Acapulco. Al principio los tres partidos de izquierda (PRD, PT y PMC) estuvieron unidos, pero cuando el empresario gasolinero se instaló en la Alcaldía porteña incumplió los compromisos que estableció con sus aliados.
Tan grande es la soberbia de Walton que, con el primer día de (des)gobierno en Acapulco creyó que ya podía brincar a la gubernatura. Sus asesores le vendieron una idea equivocada.
De 2012 a 2014, el puerto de Acapulco se convirtió en territorio fértil para la delincuencia organizada, a tal grado que fue considerada hace un año como la ciudad más violenta del mundo.
Secuestros y ejecuciones aquí, allá y acullá. Y no se diga de la violación que sufrieron seis turistas españolas el 4 de febrero de 2013 que, como todos sabemos, le valió a Walton, ya que declaró de manera irresponsable que “eso pasa en cualquier parte del mundo”.
Y como ya lo he señalado antes, Luis Walton no es un político de izquierda. Se formó en el viejo PRI autoritario. Él podrá gritar a los cuatro vientos que es un demócrata y de la izquierda social. Qué bueno que el PRD y el PT lo vetaron.
Beatriz Mojica sí tiene una trayectoria en la izquierda, ya que es fundadora del Sol Azteca y fue de las que estuvieron presentes en las protestas contra algunos fraudes electorales cometidos por el tricolor en la década de los 90s, mientras Walton estaba (o sigue estando) al servicio de la familia del ex presidente de la República, Miguel Alemán Valdés.
Luego entonces, la verdadera competencia es entre Beatriz Mojica y el abanderado del PRI, Héctor Astudillo Flores.
El PMC, el PAN y Morena se disputarán el tercer lugar.
Y que se agarre Walton, el PAN tiene a un buen candidato, que es Jorge Camacho Peñaloza. ¡Zas!
ENTRE OTRAS COSAS… Luego de la captura del jefe del cártel de “Los Caballeros Templarios”, Servando Gómez Martínez, “La Tuta” o “El Profe”, muchos políticos de Michoacán y Guerrero deben poner deben sus barbas a remojar.
No tarda en que el capo michoacano revele a quiénes patrocinó sus campañas para alcaldes, diputados y senadores de la República. Muy seguramente la videoteca es extensa.
Que se preocupen los que le hayan pedido favores. El que nada debe, nada teme. ¿O no, mis estimados lectores?
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