Cinismo y sin memoria histórica en el PRD

Tan pronto rindió protesta como presidente de México en diciembre del 2012, el priísta Enrique Peña Nieto presentó al Congreso de la Unión un paquete de iniciativas de reformas constitucionales que generó polémica entre las diferentes fuerzas políticas del país, que ocasionó el rompimiento de Andrés Manuel López Obrador con el Partido de la Revolución Democrática, al aceptar los líderes perredistas formar parte del Pacto por México para aprobar al antojo del presidente las modificaciones a los ordenamientos.
Entre las iniciativas que más polémica generaron y que fueron objeto de críticas y el surgimiento de conflictos, destacan la energética y la educativa.
La primera porque permite la incorporación de capitales privados en la explotación de los hidrocarburos; y la segunda porque despojó a los maestros de conquistas sindicales y los sometió a procesos de evaluación, como parte seguramente de un pleito histórico que el mandatario del país sostiene con la líder moral del magisterio, Elba Esther Gordillo, quien sigue presa por presunto lavado de dinero.
A pesar de que en su momento los maestros a través de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación solicitaron a los partidos de izquierda no avalar las reformas constitucionales educativas, éstos las aprobaron sin la mínima modificación a la iniciativa original, lo cual generó malestar de los profesores de los estados del sur y sureste del país, cuya inconformidad radica en que no pueden ser tasados de la misma manera los maestros que trabajan en el confort y escuelas equipadas, con los que laboran en remedos de escuelas de madera con cubetas como pupitres, como ocurre en Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
En ese entonces en Guerrero el Congreso del estado era capitaneado por el Partido de la Revolución Democrática, cuyos legisladores avalaron las reformas constitucionales con lo que se sumaron al promedio mínimo que se requiere para que las modificaciones constitucionales tengan validez, lo cual degeneró en disturbios y ataques contra las instalaciones del Poder Legislativo.
A partir de entonces los maestros aglutinados en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), mantienen firme su rechazo a la reforma educativa, el cual se endureció porque los nuevos ordenamientos constitucionales comenzaron a mostrar la cara punitiva con la amenaza de los primeros 120 despidos de profesores en la entidad.
Ahora que el PRD no tiene el poder político y administrativo en Guerrero, y que a nivel nacional ha sufrido importantes descalabros electorales, de manera cínica y hasta descarada la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática manifestó todo su apoyo y respaldo a los maestros de Guerrero, y se pronunció en contra de las reformas educativas, lo cual no ocasionó alegría alguna entre el magisterio disidente al considerar como hipócrita y oportunista la postura de ese partido político de izquierda.
Los cierto es que hasta ahora ningún diputado local perredista ha utilizado la tribuna para que el conflicto magisterial en Guerrero encuentre solución sin afectar el derecho a la educación de los niños, como en su momento lo hizo en el pódium la ex diputada Abelina López Rodríguez, que fue la única que se ganó la simpatía de los profesores hace dos años, y el silencio que predomina entre la bancada del PRD de la 61 Legislatura evidencia sólo un apoyo entre dientes, como coloquialmente se dice.