Epístolas Surianas

(Carta a Don Héctor)

De Julio Ayala Carlos

(Carta a Don Héctor)

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Agosto 15, 2016 10:34 hrs.
Periodismo ›
De Julio Ayala Carlos › guerrerohabla.com

¿A QUIEN BENEFICIA LA VIOLENCIA EN APANGO? Es obvio que a la presidenta municipal, Felícitas Muñiz Gómez, no, pero es evidente, muy evidente, que al grupo de opositores que mantienen tomado el Palacio municipal, y han cometido actos de violencia, por supuesto que sí. ¡Claro que sí!

Y es que por la naturaleza de su encargo, la alcaldesa de Mártir de Cuilapan prefiere, como todo gobernante comprometido con el pueblo que encabeza, paz y tranquilidad, y por supuesto, orden para realizar las acciones tendientes a su responsabilidad, las que difícilmente pueden llevarse a cabo cuando hay violencia e inestabilidad social.

Y ciertamente, hay que decirlo, es lo que busca el grupo opositor a la edil. Es decir, generar un escenario de violencia, de inestabilidad y finalmente de ingorbernabilidad para pretextar, en consecuencia, falta de capacidad de las autoridades municipales para poder seguir en el cago.

En este sentido, el incendio de diversos vehículos en la entrada principal de Apango, por ’manos invisibles’, no tiene más explicación que propiciar un ambiente de caos y violencia. Y es que sólo de esa forma la alcaldesa Muñiz Gómez, ya lo dije, podría ser obligada a dejar el cargo, ya que hasta ahora los señalamientos de corrupción y nepotismo solo son veraces en el grupo inconforme.

Hay que decirlo. El pleito en Apango de un grupo de personas, en los que dos regidores y un síndico solo son marionetas de quienes han vivido del chantaje y el presupuesto del Ayuntamiento de ese municipio, se reduce a dinero, por una parte, y la negativa de la alcaldesa a entregárselo a quienes han vivido del erario público, por la otra. Sin duda lo más fácil para la edil es darles los 10 millones de pesos que piden, ’y problema resuelto’.

En fin. Lo que sí es claro que quien sale perdiendo en todo esto es la población que trienio tras trienio ve cómo un grupo de personas se apoderan del presupuesto para provecho propio, mientras los problemas se recrudecen. Lo grave de todo esto es que todo indica que los que quieren quitar del cargo a la alcaldesa están dispuestos a todo, incluso hasta generar muertos.

Y EN OTRO ASUNTO, LA NEGATIVA DEL Cabildo tixtleco al relleno sanitario en la comunidad de Metlalapa, en donde la población está más que de acuerdo, porque además de que el gobierno municipal de Chilpancingo, encabezado por Marco Antonio Leyva Mena, les llevará diversos servicios de primera necesidad, cosa que ni en sueños podrá otorgarlos el edil de Tixtla, Hossein Nabor, también tendrán trabajo que, ciertamente mucha falta les hace falta, la negativa, hay que repetirlo, es un asunto político.

En efecto. El proyecto en cuestión de relleno sanitario no solo cuenta con los más altos estándares de seguridad en la protección y cuidado del medio ambiente, sino que precisamente por eso está avalado por las instituciones ambientales, de tal forma que la posibilidad de contaminar los mantos acuíferos, o el aire, es prácticamente nula, en razón de que la celda emergente que se construyó en Metlalapa se realizó con tecnología de punta.

Claro, todo esto no lo sabe el alcalde tixtleco, y el de Zumpango, mucho menos. Y eso, ciertamente es lo de menos, pues su objetivo es, como en Apango, generar el caos en Chilpancingo por la falta de un lugar dónde colocar su basura, a pesar de que el predio de Metlalapa es propiedad del Ayuntamiento capitalino.

Ya lo dije. La negativa es política, y responde al proceso electoral del 2018. Tanto el alcalde de Tixtla, como el de Zumpango, buscan reelegirse en el cargo, y para eso nada mejor que oponerse a un relleno sanitario que de manera inmediata beneficiará a los tixtlecos, habitantes de Metlalapa, y a la larga también a los zumpanguenses.

¿Y qué les parecería a los tixtlecos, mejor dicho, al presidente municipal, Hossein Nabor, que los chilpancinguenses nos opusiéramos a que trabajen aquí, en la capital del estado? ¿Qué les parecería que no dejáramos entrar a los tixtlecos, y menos a que vengan a vender sus productos, o a desempeñar un trabajo porque en Tixtla no lo tienen? ¿Les tapamos el paso a los zumpanguenses, y a ver qué diablos hacen si no tienen a Chilpancingo?

Comentarios: julio651220@hotmail.com

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(Carta a Don Héctor)

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