Mañana viernes, los candidatos a gobernador emprenderán la campaña más titánica de la historia electoral, porque tendrán como principal propósito convencer a una sociedad que está harta de los partidos y de los políticos, no sólo en Guerrero, sino en todo el país.

¿Cómo se venderán ante los ciudadanos que ya no les creen?

El problema no estará, obviamente, en sus votos duros. Excepto Encuentro Social, Humanista y PPG, los partidos políticos en disputa tienen cierto número de sufragios asegurados. El PRD y el PRI han conservado casi el mismo porcentaje, sólo que ahora el primero lo compartirá con Morena.

El objetivo será ir por los indecisos, ya no tanto por los que nunca van a las urnas, pues aquéllos podrían incluso aumentar el grosor del abstencionismo, ante tanto cochinero que ven en el escenario político, desde el presidente Enrique Peña Nieto, que pone a un secretario de la Función Pública para que lo investigue, hasta el presidente municipal de San Blas, Nayarit, que no tuvo empacho en gastar 15 millones de pesos en la fiesta de su cumpleaños frente a miles y miles de pobres, después del cinismo con que confesó que en su anterior cargo de alcalde “robó, pero poquito”.

¿Cómo se venderá Héctor Astudillo Flores, candidato común del PRI-PVEM? ¿Qué puede ofrecerse de Luis Walton Aburto, con Movimiento Ciudadano? ¿Cómo voltear a ver a Beatriz Mojica Morga, del PRD-PT? ¿Cómo deberá asomarse Jorge Camacho Peñaloza, del PAN?

La gente está hasta el cansancio de políticos y funcionarios corruptos, que roban mucho o “poquito”, aprovechándose del cargo.

Primero ¿quién de esos candidatos estará en mejores condiciones de decir que es honesto, de tal forma que le crean? Habrá que reconocer que, concretamente en el caso de esos cuatro candidatos, ninguno tiene fama de ladrón. A lo mejor a Beatriz Mojica podrán creerle más por su calidad de mujer. A la mujer se le tiene en el concepto de ser más limpia que el hombre.

Sin embargo, salvo Walton y Jorge Camacho, los otros dos aspirantes cargan con un bulto repleto de malas caras para la sociedad, con o sin causa. La gente llega a decir con desesperación: mejor que otros roben. El pero, pues, no está en el candidato, sino en las personas que lo rodean.

Esas malas caras tendrán que hacerse a un lado por su propio pie, o de plano de alguna manera ponerlas tras bambalinas, sean o no sean culpables de su fama, pero tendrán que aceptar que no son bien vistas, y que dañan la imagen de su candidato o candidata.

Pero no basta la calidad de honesto. Habrá que agregar la capacidad de gobernar. Al actual gobernador Rogelio Ortega Martínez no lo tildan de ladrón, sino de no saber gobernar. Muchos se refieren más de él por las torpezas.

De nada servirá el solo hecho de mantener intacto el recurso público o de concretarse a aplicarlo correctamente; o sea de ser buen administrador, si no se cuenta con la sagacidad para atender tanto problema que ahora agobia a la población.

Hoy en Guerrero se suman a la inseguridad y al desempleo las protestas por el caso de Ayotzinapa, primero, y recientemente por las plazas laborales creadas irresponsablemente por gobernadores anteriores a Ortega Martínez sin techo presupuestal.

¿Quién de esos candidatos podrá convencer de que hará siquiera algo por contrarrestar esa situación? ¿Tendrá caso exhibir sus bienes patrimoniales? ¿Influirá para que haya más votos por el que tiene menos o por el que sea millonario?

Por supuesto que para la labor de persuasión será necesaria la capacidad de movilización. La campaña será del candidato y de sus promotores, que fungirán como vendedores. En la medida en que haya más vendedores habrá mejores resultados.

El PRD dispondrá de 14 millones 200 mil pesos en perrogativas para gastos de campaña; el PRI, de 12 millones 500 mil; el PAN, de 5 millones 500 mil, y el MC, de 5 millones 200 mil. Por lo que toca al tricolor, habría que considerar los 5 millones 200 mil del PVEM, y por PRD, los 4 millones de pesos del PT, si deciden conjugarlos por sus candidaturas comunes.

Fuera de eso, ¿cuánto podrán aportar candidatos o simpatizantes por lo que corresponde al financiamiento privado, que no deberá rebasar los 5 millones de pesos, en dinero o especie?

Mientras, lo menos que podrán hacer los candidatos es cuidarse los pasos, porque en política el que no cae, resbala, como en la rueda de la fortuna. n

isidro_bautista@hotmail.com